-¿Cómo será su próximo disco?

-Incluiré cantes puros y cantes festeros, que es con lo que más me identifico. Quiero plasmar todos mis años de vivencias. Pero ahora mismo estoy muy metida en mi boda, que es muy pronto, y está haciendo que me sienta como en una nube.

-En alguna ocasión ha dicho que el cante es para usted como una emoción más, como puede ser reír o llorar. ¿Cómo definiría esa emoción?

-Yo creo que si no cantara no respiraría. Es parte de mi día a día y de mí. Creo que vivo porque canto.

-Además de cantar, ha estudiado Filología Hispánica. ¿Por qué decidió estudiar esa carrera?

-Porque creo que la literatura está muy relacionada con el flamenco, de hecho es algo que se encuentra mucho en las letras del flamenco. Por esa relación me decidí a estudiar. Pero trabajar en algo que te llena el alma es muy satisfactorio, y es lo que hago ahora en el Conservatorio de Córdoba.

-Ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera. ¿Cuál ha sido el más trascendental para usted?

-Creo que el más importante fue el de Mairena del Alcor, porque me abrió muchas puertas, me salió mucho trabajo. Pero también hubo otro que me hizo mucha ilusión, que fue el premio de Jóvenes Flamencos aquí en Córdoba, porque me ayudó mucho a soltarme de cara al público.

-¿Siguen apareciendo los nervios antes de actuar?

-Claro, y ojalá que no desaparezcan nunca. Los nervios siempre están ahí , para lo bueno y lo malo. Cuando has aprendido, aparecen por el miedo a no dar la talla, y cuando eres más novata, porque tienes miedo a que se note que lo eres. Si no aparecieran los nervios, no habría adrenalina, y no tendría el mismo efecto que tiene el cante para mí.

- Ha actuado en lugares como Francia, Ecuador o Rusia. ¿Cómo reciben el flamenco fuera de España?

-Mucho mejor incluso que en España. La experiencia fue muy productiva y emocionante. Allí la gente me recibía como si fuera Bisbal. La cultura que hay allí quizá no sea tanto de flamenco, pero sí del folclore español. Para ellos cualquier cosa que suene a folclore es flamenco.

-¿Qué experiencia tiene de cantar en televisión?

-A mí, personalmente, me gusta mucho más cantar para el público, porque la televisión es algo más frío. Al final le estás cantando a unas cámaras. Creo que el flamenco es un tipo de música que depende totalmente del sentimiento, la emoción y la transmisión, no es lo mismo expresarse a unas personas que te ven que a una cámara. Lo que suelo hacer es pensar que las cámaras son personas.

-Pero, ¿siente presión porque la audiencia sea más amplia?

-No, para nada. Puedo haberme sentido más presionada en los concursos, porque está valorando tu trabajo un jurado. Eso sí me produce más ansiedad, porque valorar el arte es algo muy relativo. Cada jamón por su pata se cuelga, pero todo es jamón y todo está bueno, así es el arte.

-Ha actuado con grandes figuras como Miguel Poveda o Aurora Vargas. ¿Qué actuación de todas le ha hecho más ilusión?

-Cuando compartí escenario con El Cabrero, porque ha sido una persona muy revolucionaria en el mundo del flamenco y en mi casa siempre se ha escuchado desde pequeña. Es un personaje mítico e inolvidable.

-¿Qué le parece el ‘boom’ de Rosalía y este genero tan peculiar que está creando?

-Mejor paso palabra (se ríe). La respeto porque me gusta su estilo de voz, pero no para el flamenco. Pienso que ese estilo dista mucho de ser flamenco, es algo más moderno y comercial.