Eduardo Agüera, catedrático de la Facultad de Veterinaria recién jubilado, se está dedicando de lleno a la investigación del caballo español y otros temas ecuestres. Tras numerosas publicaciones científicas en torno a estos animales, es la tercera obra que publica para divulgar cuestiones sobre el mundo del caballo (Córdoba, caballos y dehesas, 2008 y 2011; y La domesticación del caballo e historia de los arneses y útiles de manejo, 2014, además de coautor en varias obras de difusión).<b>

-¿A qué se debe la edición de este nuevo libro?</b>

-Es el resultado de la investigación realizada durante los dos últimos años. En su día me pareció de interés conocer cómo un siglo tan convulso en España como el XIX (con una guerra contra Francia y otras tres con los carlistas) y tan transformador política y socialmente (con varias desamortizaciones, implantación del liberalismo, industrialización del país, roturación de dehesas, etc.), había afectado al caballo y al sector ecuestre nacionales.

<b>-Con ‘El caballo del Diecinueve. Resurgir del caballo andaluz PRE en el siglo XIX’ pretende dar luz a los antecedentes en los que se basan los éxitos del caballo español hoy.</b>

-Precisamente esa ha sido la principal conclusión de la obra: detectar cómo gracias a la convicción de algunos ganaderos andaluces y extremeños que confiaron en la calidad de sus caballos, se consiguió salvar al caballo andaluz. Y además mediante la creación del libro genealógico del PRE (Pura Raza Española), se pudo dirigir y mantener el rumbo del mismo hasta nuestros días.

<b>- ¿Tantas vicisitudes sufrió el caballo español durante el diecinueve?</b>

-Pues sí, porque ante la falta de adecuación en las prestaciones de nuestro caballo para los servicios de su tiempo, los gobernantes de la época intentaron solucionarlo mediante el cruce de nuestras yeguas con caballos centroeuropeos. Esto llevó décadas enderezar el curso de aquellas decisiones y lo más importante, convencerse de la calidad que atesoraba para la silla el caballo indígena, el caballo andaluz.

<b>-¿Qué papel jugó el Ejército en la recuperación del caballo andaluz?</b>

-El Ejército, en principio, fue otro gran damnificado de la época. Pues el descenso brutal en la producción caballar nacional durante aquella época originó el desabastecimiento de caballos en los regimientos, y para paliarlo el Ramo de la Guerra tuvo que organizar Establecimientos de Remontas, e incluso más tarde (en 1864) obtuvo del Gobierno las competencias de la gestión de la Cría Caballar nacional. Todo lo comentado, tiene muchas puntadas, como eran las causas que produjeron el referido desabastecimiento y cómo se sucedieron los hechos para que se produjera el traspaso de Agricultura a Guerra de la cría caballar, y estas actuaciones se consideran en la obra.

<b>-Usted concluye su libro con un capítulo dedicado a la Yeguada Militar de Moratalla. ¿Qué importancia tuvo Córdoba en la refundación del caballo andaluz?</b>

-Es que Moratalla resultó providencial para el caballo andaluz. Allí, gracias a veinte yeguas y dos caballos padres de ganaderos de Córdoba y Jerez, la dirección del Arma de Caballería y sus veterinarios militares recondujeron el curso de nuestro caballo, en palabras de sus autores: se organizó «la reconquista del caballo andaluz».

<b>-La obra se completa con unos anexos en varios capítulos, algunos de ellos trabajos de otros autores.</b>

-Los anexos son apartados con entidad propia (el transporte, los mulos y la producción muletera, el caballo del Hierro del Bocado, las ferias ganaderas, las carreras de caballos y otros) que, al tratarlos por separado, me permiten descongestionar los capítulos del libro, para facilitar el hilo del relato de los hechos que interesan. Además, cuatro especialistas y amigos han colaborado en la obra.