No fueron pocos los que anoche salieron a contemplar el eclipse lunar que dio comienzo alrededor de las 22,02 hora peninsular y finalizó sobre la 01,00 de esta pasada madrugada, alcanzando su máximo oscurecimiento a las 23,30 horas.

Los eclipses de Luna son relativamente frecuentes, y aunque no siempre son visibles desde todas las localizaciones, a menudo se pueden observar en España más de una vez al año. En concreto, este es el segundo eclipse de Luna que se ha podido ver desde suelo español en lo que va de 2019, ya que el pasado 21 de enero, coincidiendo con una superluna, tuvo lugar el primero del año.

Este fenómeno astrológico se produce cuando el Sol, la Tierra y la Luna, que debe encontrarse en fase de luna llena, se ordenan en una alineación perfecta. De esta forma, el planeta Tierra se interpone entre la estrella y el satélite, impidiendo que la luz del Sol se proyecte en la superficie lunar temporalmente. En consecuencia, la luna llena desaparece por completo o parcialmente durante unas horas, a medida que la sombra de la Tierra la oculta.

El eclipse de la pasada noche fue parcial, ya que la sombra de la Tierra cubrió un 70% de la Luna y no su totalidad, sin embargo, la Luna pudo llegar a alcanzar la tonalidad rojiza que caracteriza los eclipses totales. También se trató de un eclipse largo, prolongado durante tres horas y observable desde casi todos los puntos del mundo: Sudamérica, África, Asia, Oceanía y Europa. En el caso de España, se pudo ver desde cualquier sector, incluidas las Islas Canarias.

A diferencia del eclipse solar, cuando la Luna es quien se interpone entre el Sol y la Tierra, la contemplación del eclipse lunar no entraña ningún riesgo o peligro para la salud, ni precisa de ninguna instrumentación espacial, una ventaja para disfrutar del suceso con naturalidad, desde el jardín de casa, el parque, o cualquier espacio oscuro al aire libre.

Cordobeses y cordobesas, libres de horarios laborales debido a las vacaciones de verano, salieron ayer en busca de las zonas más despejadas y alejadas de la contaminación urbana: los Villares, el Mirador de las Niñas, las Ermitas o, más cerca, el parque de la Asomadilla, para aquellos que no cuentan con carnet de conducir.

El azar ha hecho coincidir el eclipse de la pasada noche con el 50 aniversario de la llegada de Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a la Luna, tras el histórico lanzamiento de la misión Apolo 11, el 16 de julio de 1969. El cincuentenario del inicio del primer viaje tripulado a la Luna fue conmemorado ayer en Cabo Cañaveral (Florida), con distintas actividades y homenajes a sus protagonistas, uno de los cuales, Michael Collins, instó a no quedarse en el recuerdo y acometer la conquista de Marte. «No quiero volver a la Luna. Quiero ir a Marte. (John F.) Kennedy nos mostró el camino», subrayó Collins, de 88 años, ayer.

Exactamente 50 años antes, a las 09.32 hora local del 16 de julio de 1969, la cadena CBS emitía el despegue de la nave Saturno V y ayer recuperó aquellas históricas imágenes para proyectarlas en pantallas gigantes frente a la plataforma de lanzamiento LC-39A del Centro Espacial Kennedy. Collins rindió homenaje al fallecido Neil Amstrong, de quien dijo que fue el «mejor comandante» que hubiera podido tener y también elogió el papel de las mujeres en la nueva era espacial, específicamente en el programa Artemisa de la NASA para colonizar la Luna y Marte, al señalar que «quizás puedan hacerlo mejor».