La aventura de Antonio y su padre, Javier Luque, para concienciar sobre la accesibilidad en general y sobre todo en lo que se refiere a las posibilidades de ocio y turismo para cualquier persona con discapacidad, se remonta al 2004, cuando se lanzaron a realizar el Camino de Santiago, el Camino Portugués, saliendo desde Tui. "Aquella vez fuimos andando, empujando la sillita de Antonio", comenta Javier en una parada de carretera en el viaje que le lleva hasta Vigo, donde mañana miércoles emprenderá una nueva aventura, rememorando aquella primera que le llevó a conocer a Javier Pitilla, el alma y creador de la asociación DisCamino, con la que ya han realizado varios ‘caminos’.

En su Facebook, Javier Luque publica unas bonitas palabras en el inicio de esta nueva aventura: "Los que ya conocéis a Antonio sabéis de lo que hablo: la luz que irradia su mirada, la alegría que contagia su sonrisa, son motivos más que sobrados para ganarse a la gente y para hacer que como padre me sienta orgulloso de él. Contento y feliz de la vida y agradecido por todo lo que nos proporciona". Precisamente, "gracias a su sonrisa", dice, su amiga y concejala responsable de Asuntos Sociales, Eva Timoteo, "volvió a dar lo mejor de sí misma no sólo consiguiéndonos la bandera de la ciudad de Córdoba que le pedimos para hacer patria en nuestra nueva aventura discaminera, sino que hizo que fuera el propio alcalde, Jose María Bellido, el que nos la entregara, despidiéndonos en el Ayuntamiento y deseándonos Buen Camino".

Así pues, Javier Luque, administrador de la Librería Luque, y su mujer, Carmen, acompañan a su hijo, junto a la asociación DisCamino, en una ruta de cinco días, desde Vigo a Santiago de Compostela, en la que recorrerán unos 100 kilómetros. Sería el sexto Camino del verano, pero "será finalmente el primero en todos los órdenes", dicen: "primero de los realizados a pie siguiendo la Ruta Portuguesa de la Costa a Santiago y primero del año 2020".

"Pues sí, volvemos al Camino. Volvemos a nuestros orígenes, cuando allá por el 2004 hicimos este mismo Camino Portugués pero saliendo desde Tui. La primera de una serie de aventuras que nos llevó a consolidar la amistad con Javier Pitillas y el resto de la familia DisCamino", explica Javier, y que les llevó después a realizar, en el 2012, el Camino Francés, desde Roncesvalles; en el 2015, la Ruta de la Plata, desde Sevilla; en el 2016, participar en unos kilómetros de la Vuelta Ciclista a España; en el 2017, Vuelta Ciclista a Andalucía; y en el 2018, el Camino al Rocío, desde Córdoba. Aquí fue cuando adquirieron la silla joelette, gracias al dinero obtenido a través de diferentes actividades benéficas y que luego han cedido a la asociación de parálisis cerebral y otras afecciones (Acpacys). Con esta silla monorrueda todoterreno vuelven ahora al Camino, junto a otras familias de la asociación Discamino, en la que no falta Gerardo, un joven sordociego de Vigo que se ha convertido también en «alma» de este colectivo.

Este año, debido a la pandemia, no podrán ir a albergues «porque somos un grupo de riesgo», explica Javier Luque. Para él y su mujer, lo fundamental es que estas actividades son un "estímulo sensorial" muy importante para su hijo, pero además les permite hacer un llamamiento a las instituciones para que mejoren la accesibilidad para las personas con cualquier discapacidad. La joelette de Antonio y sus compañeros marcará un Camino especial este año.