Y lo escribo así porque así lo siento. Vamos a ver, estos días se ha liado la de dios, nunca mejor dicho, con lo que ha dicho alguien, no sé si pronunciar su nombre. Paula, se llama, ya saben a quién me refiero, sobre aquella frase tantas veces dicha que habría que eliminar, si no del diccionario, por lo menos de la frecuencia de pronunciarla, y que no tiene sentido, porque es falsa, aquella que dice, más o menos:

-No vayas a confundir a dios con un gitano.

Bueno, pues lo primero, es falsa, más que un euro de papel, que no existe, si bien no se sabe dado el momento económico que vivimos. Porque, seas creyente o no, que hay días que sí, y otros que un poco menos, dios, con mayúscula, Dios, es de todos y de todo, o sea, armenio, blanco negro, dorado, viejo, niño, eterno, de todos sitios y de todas partes. Así que, bien por la defensa valiente, de nuestro Joaquín Cortés, que a poco se tira al cuello de la niña bonita que fue de Bustamente, y que ahora está instalada en la depresión más lógica, aunque, el que tiene boca se equivoca que dice el refrán, que este sí que es verdad. Bueno, pues tranquilos todos, que por la boca muere el pez, y no me quiero llevar el domingo ganándome el sueldo, humilde, pero necesario, hablando de la voz lejana y poderosa de la verdad de la calle.

Y es que, vamos a ver, es lo que yo digo, Terelu Campos, ya saben, una noticia más bien mala y otra para mí, por la memoria, más bien buena. Que por un lado dicen que otra vez volvió el maldito, ya saben a qué me refiero, a instalarse en su interior. Adelante niña mía, compañera, que me dicen que igual vuelves a Telemadrid, donde juntos, por ejemplo, en tus tardes, dimos la noticia de que se nos casaba el príncipe de España, entonces soltero. Las vueltas que da la vida, cordobeses. A veces en blanco y negro, que ya les aviso que se va a llevar mucho este año.

Y de pronto, como siempre, me traen un libro de versos. Breve y lindo con un nombre fascinante: Las edades del día. Me lo manda, muchas gracias, el abogado ilustre don Rafael del Campo Vázquez, con un prólogo de Antonio Moreno Ayora. Un puñado de páginas bien escritas de «alguien», como él mismo escribe, que descubrió de pronto en sus libros anteriores, de novela y pensamiento, que «había dentro de él un poeta»… y es verdad, lo demuestra en esta joyita de la colección Ánfora Nova, que nos da tantas alegrías.

Juana Martín, ya lo han leído, noticia buena, en la pasarela, valiente y a por todas. A ver si sale ya de esa niebla que a veces envuelve su sonrisa gitana y su obra constante y personal, y...

En fin, que no me canso de hablar bien de la gente de Córdoba, aunque también hay cosas, como en todo el mundo, para más que contar, callar, y saben, pero es lo que me dicen cuando de Córdoba escribo:

-Pero vamos a ver, viejo, que eres más viejo que el llorar, por no decir otra cosa. ¿Pero no te das cuenta de que parece que solo ves a Córdoba, desde el lado bueno de la moneda?

Como a estas alturas de la vida les diré, que «esto es lo que hay», la frase de moda que podría ser también titular de este domingo, 8 de mayo, en el que volvemos a citarnos. Los periódicos anuncian que el nuevo Quirón estará en macha en el mes de septiembre. Y el sentimiento de que nuestro Gerardo Olivares, el grande, grande del cine, anda preparando un nuevo proyecto. ¿De qué compañero natural se tratará? Si ya hizo el lobo, la ballena, el águila... Mira que si se trata del lince, que ahora está tan de moda.

Eso sí, que quiero dar las gracias a toda la gente de Córdoba y sus pueblos, que cuando van a mi programa de los miércoles me hablan del perol, señal de que lo compartimos. Y se hacen los selfies esos a la puerta del estudio, todavía no sé por qué lleva mi nombre. ¡Ah! y un dato, que me cuentan que «Córdoba es uno de los sitios, en general, que tiene más estrellas del mundo». Respondo que serán las mismas, pero al final me descubren:

-Sí, pero cada día se lleva como poco una estrella de más de las de Michelin.

Y punto final, con la historia del genio Poyato, de Zuheros, un artista callado y fa-bu-lo-so. El otro día fue a La Tarde de Juan y Medio, pero buscando pareja, la soledad de los grandes. No sé si la encontró, pero sí que le presenté a distancia y con todas las ganas del mundo. Le recuerdo mucho. Y, además, he reanudado los lazos con él, y les tendré informados más delante de lo que prepara a escala mundial, en la hermosa tarea de su trabajo de creación en ese pueblo que es, como saben, uno de los más hermosos pueblos de Córdoba. ¡Qué digo de Córdoba!, del mundo...