Lo malo de este titular es cuando te quedas sin hojas, y se te queda en las manos solo el botón dorado de la flor humilde, y, además, sin pestañas. Que el otro día me dieron una tarjeta, por cierto de un señor de Montoro, que al pie de su nombre, Rafael desde luego, de oficio, como les digo, «Agrandador de pestañas». Palabra que sí, cordobeses. Oigan, qué imaginación para un oficio que es bueno para las damas. Señoras y señoritas, yo tengo en mi planta de maquillaje, para los miércoles en Sevilla, en el estudio que lleva mi nombre, y donde va tanta gente de Córdoba, una niña sudafricana, que me quita las ojeras. El otro día le dije «Tú me quitas las mismas ojeras, que tú misma me pones, reina». Y ella me respondió con el mismo refrán de siempre «Andaluz y con ojeras, está queriendo de veras. ¡Aquién quiere usted tanto señor <b>Tico </b>!Y le respondí, inmediatamente, «Si no tienes a quien querer, vas y te lo inventas». Yo no tengo que inventarlo, gente de Córdoba. A vuestra clase, vuestro estilo.

Por eso, escribo lo del domingo, que es hoy, en viernes, día de <b>San Valentín</b>, que es curioso, murió soltero, solterón más bien, pero asesinado, defendiendo el amor. Después de que hace días, también fue el día de la Radio, que para mí son todos los días del año, porque de ella vivo, y no solo porque de ella me alimento. Dos amores en la misma semana.

Voy y pregunto en América, la del norte, dónde descansa el gigante, que ya saben que es Julio Iglesias, y quiero que me digan si es verdad que está en sus planes el cantar este verano en Córdoba, cosa que, además diciendo la fuente, me encargué de contar en Canal Sur y para toda Andalucía.

Buena historia, que a la niña bonita de Pozoblanco, que se llama María José Llergo. La llaman ya de Barcelona. Es la nueva Rosalía. Su Sanación, por lo visto, por lo oído, te cura ya de por vida. Enhorabuena, tierra abonada siempre para cantar mejor que nadie, la copla. Eso sí, quiero dar también la enhorabuena más sincera a <b>Teresa Rodríguez</b>, con el corazón y la cabeza, ala izquierda, que está creando un nuevo partido, pero mandando siempre lo de Andalucía, que a andaluz no hay quien me gane.

Pétalo a pétalo, ¡si vieran cómo me acuerdo de don <b>Blas Infante</b>, al que sin conocer yo tenía ya en mi mesilla de noche desde que hice la primera comunión en Granada, a los siete años! ¡Qué misterio. Y en una casa de las de derechas, con más sangre de un lado que de otro!

Pero sigo buscando los pétalos, que han caído sobre la mesa de la actualidad, margaritas de cuneta. Aunque mi abuela decía, la pobre, de luto siempre, aquello de «Cuando veáis flores en la cuneta del camino, mejor no cortarlas hijo, que han crecido más porque han brotado de una fosa. Y los huesos de los muertos y más de mala manera, dan más fuerza a las amapolas, a las margaritas, y a los cardos borriqueros.

Historias de la memoria, o memorias de la historia, que de los dos lados tengo.

Los Grandes, de don <b>Julio Merino</b>, ese rayo que no cesa. Y que acaba de publicar un nuevo libro, otro, reuniendo artículos de los que ha publicado en nuestro periódico. Un festival de talento pero también de recuerdos. La historia pura reunida, desde dentro. Enhorabuena maestro, y van... Y los que quedan. Coordina <b>Pilar Redondo</b>,

Y el saber, tan cordobés, que le han dado ese titulo tan hermoso, de Señora de las Tabernas, para la dama <b>Rojano</b>, el alma de la Casa Bravo de Córdoba. ¡Qué bonito titulo, y más que nada en Córdoba, donde cada esquina de la taberna por dentro es un aula de filosofía y de vida¡

Y <b>Pepe Navarro</b>, a lo suyo, «que esa criatura no es mía. Se lo digo, señor juez. Que si fuera mío, bien contento se lo diría». Porque se va a decir mucho lo de Pepe Navarro. Porque el que dicen que es su hijo va a la isla de los Supervivientes, que la de las Tentaciones, es más bien la isla de los vivientes. ¡Quién fuera, con cien años menos, como poco, un <b>Robinson Crusoe</b>!

Y termino, con la noticia, sin confirmar, que me llega, en la que parece ser que doña <b>Concha Velasco</b> ha confesado que se va a retirar ya mismo, y que por eso está poniendo en escena esa pieza de teatro que le ha escrito su hijo, y que se llama Funeral.

Pero vamos a ver, que a veces se me va la olla, ¿pues no había quedado conmigo mismo y también con ustedes, que el perol es para comer. Y he escuchado el ultimo cantar de <b>Antonio José</b>, uno de los más cordobeses, que un día me canto al oído en Telecinco, cuando empezaba, y que en su último disco

Antídoto, va y dice esta gran verdad: «hay que aprender a caer, antes que a caminar». Palabras de <b>Séneca</b>, antes de entrar en el baño.