Lucena ponía anoche el broche de oro a unos actos con los que se celebran el 400 aniversario del Título de Ciudad. La Plaza Nueva se vestía de gala para la celebración. Unos actos presididos por el alcalde, Juan Pérez, en la que estuvieron representadas la Junta y la Diputación.

Lucena cambió su condición de villa a ciudad en 1618 como resultado de un proceso que contó con el poder nobiliario local y que supuso el desembolso económico de 18.000 ducados, sufragados por el cabildo de la época y el resto de la población. Juan Pérez destacó que «con la celebración de esta efemérides queremos transmitir desde el Ayuntamiento que somos una ciudad diversa, plural y con un componente humano excepcional sin el que no se puede entender el devenir de Lucena de estos 400 años».

La gala, organizada desde la concejalía de Protocolo, en la que participaron más de 100 artistas en la Plaza Nueva, resultó un éxito. En el frontal de la fachada de la iglesia de San Mateo se dispuso una escenografía innovadora con tres escenarios diferentes para poder disfrutar de la música, el baile y el flamenco con la parte delantera del templo integrada en la ornamentación. La ceremonia se inició a las diez de la noche y duró en torno a cuatro horas. Comenzaba con el estreno de la obra de teatro La función de la Ciudad Nueva, escrita por Tomás Afán expresamente para la efemérides y cuya puesta en escena corría a cargo del alumnado de la Escuela de Teatro Duque de Rivas. La representación transportó al espectador al contexto histórico de 1618, año en el que Felipe III concedió este epíteto a la ciudad.

Tras su finalización, los tres escenarios acogían la parte musical, uno de ellos para la seccción clásica con la actuación del Coro del Conservatorio de Lucena, la Orquesta SYSO String Quartet y la Coral Lucentina, acompañadas por el baile del alumnado del Centro de Artes Escénicas Paradise y el Centro Cultural Flamenco Ateneo. A continuación, seguía el flamenco en otro de los escenarios propios con la colaboración de los cantaores Jesús Reyes, Juan Miguel Calvillo, Felipe Fernández, Tete Pineda y la cantaora Araceli Campillos, que estaban acompañados por los guitarristas Román Carmona, José Morillo, Pablo Torija y Juan Luna. La percusión corrió a cargo de uno de nuestros músicos más consagrados, Manuel de Lucena, y el fagot flamenco de Rubén Jiménez, acompañadas por el baile de las escuelas lucentinas de las Hermanas Mariscal, el alumnado de Araceli Hidalgo y del centro Ateneo. La actividad terminaba en el último escenario con un espectáculo ecléctico que combinaba pop, rock, blues y jazz con las actuaciones de los grupos P and P, Netilat Klezmer, Ghost Raiders, MAD Blues, Crash for jazz, Harmonix, Crash Peppers y Pepe Huertas, con la escuela Paradise en el baile.