Córdoba es la ciudad de los carruajes. Siempre lo ha sido y en la actualidad lo es. Una prueba de ello es la exposición de coches de caballos antiguos que se inauguró ayer en el restaurado Oratorio San Felipe Neri, perteneciente al Ministerio de Defensa.

La exposición, organizada por la Subdelegación de Defensa en Córdoba y el Club de Carruajes de Tradición, consta de once coches de caballos que tienen como historia en común el que algunos han sido fabricados por artesanos en el siglo XIX, o que guardan una estrecha relación con la ciudad, como el Landó del Ayuntamiento de Córdoba --que se encuentra en fase de restauración-- o dos coches pertenecientes al Museo de Carruajes del Centro Militar de Cría Caballar de Ecija, una Manola que estuvo en el Séptimo Depósito de Sementales de Córdoba, en Caballerizas Reales, y una Brizka, un coche de viajes excepcional, restaurado en Madrid y uno de los escasos ejemplares que existen en España. Los siete restantes pertenecen a socios del Club de Carruajes de Tradición de Córdoba.

La gran mayoría de los coches presentes en la muestra fueron construidos en Córdoba durante la centuria decimonónica, por artesanos carroceros cordobeses, ubicados algunos de ellos en la calle Jesús María o en las antiguas Avenida de las Ollerías o en Ronda de los Tejares, de los que sobrevive en la actualidad Carruajes Matapalos, actualmente en el polígono de Chinales, la empresa más antigua de Córdoba inscrita en el Registro Mercantil (150 años), que está presente con la quinta generación, Rafael Luque Lubián, con un taller, además de un carruaje restaurado por este artesano hace 20 años.

Entre la luminosidad de las paredes del templo oratoniano destacan los colores de estos carruajes en perfecto estado, entre ellos un Omnibus, o coche de viaje como el que hacía el recorrido Córdoba-Madrid, que tardaba cinco noches y seis días en llegar a la capital; coches de parque y de campo, todos de gama media y alta, aunque el comisario de la muestra, el cochero Javier Vilches, indicó que se realizarán ediciones monográficas de grandes vehículos y coches de lujo como los Park Drags, Carretelas o Landós, entre otros. Precisamente Vilches fue perfilando la historia de cada coche para deleite y admiración de los asistentes. Y entre los espacios que dejan estos carruajes, una exposición de utillajes utilizados por damas y caballeros de la época como látigos, fustas, bastones, mandiles, ropa, calzado, chisteras, guantes, mantones, pañuelos, petacas de licor, etcétera, acompañados de diferentes tipos de guarniciones, destacando entre ellas una rusa, única en el mundo.

Con esta exposición se pretende mostrar la importancia del carruaje en la ciudad y en su historia, para lo que Defensa ha puesto a disposición de ella dos carruajes y el singular edificio del Oratorio San Felipe Neri, fruto de la colaboración de la Subdelegación de Defensa y el Club de Carruajes, lo que supone un hito importante por el que el Ejército promociona su patrimonio y su cultura, destacando entre ellos el caballo, abiertos a la sociedad.

En la inauguración intervinieron el subdelegado de Defensa, Nicolás de Bari Millán, el presidente del Club Carruajes de Tradición, Rafael Galán, y el de Córdoba Ecuestre, entidad colaboradora, Rafael Blanco.