La historiadora Karen Amstrong, ganadora del premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales 2017 e impulsara de la Carta por la Compasión, acudió ayer a la Casa Árabe de Córdoba para hablar sobre Religiones, espiritualidad, éticas y cambio social dentro del 5º Foro Social de Éticas y Espiritualidades en colaboración con la Fundación Centro Persona y Justicia.

-Usted perdió la fe siendo monja. ¿Qué fue lo que pasó?

-Yo intenté ser una monja, pero no tuve éxito. Me di cuenta de que no podía rezar, lo cual es un hándicap para una monja. Cuando me fui del convento sentí un gran alivio y aunque tenía muchas dudas sobre Dios, el cielo, el infierno, pasé 13 años alejada de la religión por completo hasta que tuve una serie de desastres laborales, perdí mi trabajo como profesora por motivos de salud y recibí una llamada de Canal 4 en Reino Unido en la que me ofrecieron presentar un documental sobre san Pablo que me llevó a Jerusalén. Allí descubrí el judaísmo y el Islam y me di cuenta de que había cosas a las que me sentía muy próxima. Del judaísmo me encantó que el rabino nunca deja de cuestionarlo todo y del Islam, el reconocimiento de la tradición de otras religiones. A partir de ese momento, empecé a ver mi fe de otra manera.

-¿Quién es Dios para usted?

-Yo creo que tenemos una idea muy reducida de Dios en Occidente. Cuando era pequeña aprendí el catecismo lo que era Dios, resumido en una sola frase. Con 8 años repetía Dios es un ser supremo que existe por sí mismo y que es infinito en perfección, y creo que es bastante incorrecto. Dios no es un espíritu o un ser, como dijo Santo Tomás, Dios está presente en todo. La idea de que Dios, que no es ella ni es él, pertenece a una confesión o a otra es una tremenda equivocación. Cuanto más conoces de las distintas religiones más te das cuenta de la cantidad de cosas que tenemos en común.

-¿Qué opinión tiene del Papa Francisco, que acaba de visitar Marruecos y ha llamado al diálogo con los musulmanes?

-Bueno, creo que ese es un gran avance y admito que me han gustado otras cosas que ha hecho. Me encantó cuando fue a Palestina y besó el muro que separa Israel y Palestina. Su predecesor dijo muchas tonterías sobre el Islam, pero Francisco entiende el significado de los gestos, es muy bueno en eso. A veces se dice mucho más con los gestos que con un discurso. Pero me disgustó mucho cuando fue a Irlanda y no pudo decir simplemente perdón por los abusos sexuales. Para mí, gran parte del problema de la Iglesia católica es que los curas han crecido en un entorno tan masculino, con el celibato, que no saben cómo abordar el tema de la sexualidad.

-¿Se siente más próxima al Islam que al catolicismo?

-Lo que no podría ser nunca es protestante. Han ido demasiado lejos para mí porque es una religión moderna. Y lo cierto es que tengo buenos recuerdos del catolicismo de mis tiempos en el convento, del latín, de las canciones, las escrituras, para mí la biblia es como el libreto de una ópera.

-¿Cree que las religiones están adaptadas al siglo XXI?

<-Creo que todas las tradiciones deben hablar a su tiempo. Y las escrituras deben ponerse en práctica, no solo pelear sobre ellas. El gran filósofo árabe Ibn Arabi dijo que cada vez que lees un verso del Corán debería significar algo diferente porque Dios te habla según el momento en el que vives.

-En Córdoba, tenemos una Mezquita-Catedral. ¿Cree que católicos y musulmanes deberían compartir templo?

-Sí, sería buena idea. El Corán reconoce judaísmo y cristianismo. Abraham fue judío y cristiano. En la actualidad, no tiene sentido no rezar juntos, si esto no ocurre es por una cuestión de egos, Dios no pertenece a nadie.

La historiadora Karen Amstrong, ganadora del premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales 2017. Foto: A.J. GONZÁLEZ