Correr 13,5 kilómetros y casi todo en cuesta arriba se antoja una proeza para todo aquel que no es atleta profesional o al menos popular. Sin embargo, 550 personas se sumaron ayer a la Subida a las Ermitas y la mayoría llegaron hasta la explanada donde se alza el Sagrado Corazón que vigila la sierra de Córdoba. Los motivos para ese esfuerzo los resume María del Mar Carrillo, que quedó ayer en segunda posición en la categoría femenina: «Esta carrera lo tiene todo, es por una buena causa y, además, el recorrido y las vistas son muy bonitos, merece la pena hacerla».

La causa, sin duda, es buena: animar a toda la ciudadanía a donar sus órganos para regalar vida, como rezaba el lema inscrito en las camisetas de los corredores. La carrera la organiza el club de atletismo Amigos del Coche Escoba en colaboración con la Coordinación de Trasplantes del hospital Reina Sofía y «muchos de los corredores son médicos y personal sanitario del Reina Sofía», destacaba ayer Antonio Castillejo, presidente del club. Entre ellos estaba el coordinador de trasplantes, José María Dueñas.

Al final, aunque en una prueba como esta todos son campeones, quien consiguió el mejor tiempo fue Miguel Espinosa de los Ángeles, que llegó a las Ermitas en menos de 50 minutos (00.49.36, exactamente). La primera mujer en cruzar la meta fue Raquel Hernández Cruz, con un tiempo de 1.02.08. La carrera había partido a las 10.00 horas desde la puerta del Corte Inglés de Ronda de los Tejares y se desarrolló con buen tiempo y sin incidentes de importancia, aunque alguno hubo: «Algún corredor se nos ha quedado en medio, es normal en estas carreras, pero nada grave. En general, a la gente le ha gustado mucho la carrera, como todos los años», afirmaba Castillejo.

Para animar a los corredores a llegar hasta la cima en distintos puntos del recorrido había grupos de música que ofrecían un pequeño espectáculo mientras desfilaban los corredores. Sebastián Pérez, socio del club Amigos del Coche Escoba, explicaba ayer que el cantante y productor Manuel Ruiz Queco «es miembro del club y con la escuela Yocanto ha organizado estos espectáculos durante la carrera, es una forma de animar a los participantes», señalaba.

Porque a pesar de la motivación y del esfuerzo de la organización, la Subida a las Ermitas no es una misión baladí. María del Mar Carrillo señalaba que «en esta carrera hay que ir con cabeza porque, si te pasas, los últimos kilómetros se te hacen muy duros». Otro de los corredores, Manuel Valderrama aseguraba con una sonrisa que «la cuesta te pone en tu sitio». Valderrama es miembro del club Cabras Locas Trail y señalaba ayer que había corrido «por la donación de órganos, creo que es un tema fundamental, es muy importante que todos lo apoyemos». Otro miembro de los Cabras Locas Trail, Pepe Ruiz, explicaba que «yo soy donante total, he donado todo mi cuerpo a la ciencia cuando muera. Creo que debería ser obligatorio para todo el mundo», afirmaba convencido.

Antonio Castillejo reconocía que la carrera «es un poco más selectiva que las normales, hay que estar bien preparado, pero es menos difícil de lo que parece; un corredor popular con un poco de forma la sube». Por eso animó a que el año próximo se sumen todos los aficionados a la carrera y pide que lo hagan con tiempo, ya que este año muchos se han quedado sin dorsal. Y es que quizá haya pocas razones tan justas como esta para correr.