El hospital de San Juan de Dios y la junta provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) incian a lo largo de este mes el proyecto Música y letras, una iniciativa aplicada sobre pacientes adultos que se someten al tratamiento de quimioterapia, apostando por la musicoterapia como tratamiento complementario, ya que, a pesar de no estar demostrado científicamente, es cierto que «hay investigaciones que indican que la música es una actividad que reduce el estrés psíquico y la ansiedad del paciente», aclara Enrique Cantillo, director médico del hospital. «Es precisamente, por esta razón, por la que hemos iniciado el proyecto, queremos demostrar hasta qué punto reducen los efectos secundarios de los pacientes», destaca Cantillo.

La iniciativa surgió a partir de la propuesta de Marco Conzi, músico italiano afincado en Córdoba que da conciertos en la sala de quimioterapia del hospital San Juan de Dios, interpretando canciones dulces, melódicas, propias y algún repertorio clásico, con el objetivo de «alegrar y aliviar a pacientes a través de música personalizada y directa, ya que cada paciente debe tener la misma atención», explicó. Y es que, «más allá de ser pura música,es un reto personal para él, ya que pretende llegar al corazón de los pacientes, conectando con ellos a través de música tranquila», añade.

Manuel Orozco, coordinador de voluntariado de la AECC, subraya que «la música será un método de evasión para los pacientes, ya que los tratamientos químicos no suelen ser agradables y, de esta manera, se crea un ambiente relajado, donde se sienten cómodos». A razón de esta premisa, el proyecto se llevará a cabo una vez a la semana, en sesiones alternas, «para que llegue a mayor número de personas durante un trimestre», argumenta el director médico del hospital. Por el momento, «no hay datos objetivos sobre la evolución del proyecto», aclara. «Aunque sabemos que está siendo una contribución positiva, por las sonrisas, las sensaciones, los comentarios de los familiares y las respuestas de los pacientes a las enfermeras», comentan Manuel Orozco y Marco Conzi. Por esta razón, resulta tan relevante medir las valoraciones de los pacientes de manera cuantitativa. «Vamos a poner en marcha una serie de encuestas que formalicen el progreso de los enfermos desde el punto de vista emocional, queremos saber qué sensaciones han tenido y en qué ítems ha mejorado su nivel de relajación», cuenta Cantillo. «Sería interesante saber si tendría efecto sobre la percepción del dolor de los pacientes y, además, plantearnos si sería adecuado instaurarlo como proyecto más contínuo, ya que en estos momentos es algo totalmente altruista», comenta Orozco. Al margen de la musicoterapia, los voluntarios y las enfermeras recurren a «la palabra y la lectura como métodos eficaces para reducir la tensión del paciente», añade Orozco. Reparten textos de Jorge Bucay, un psicoanalista argentino, «con narraciones breves, con trasfondo, para la motivación de los pacientes a continuar sus terapias», concluye.

Marco Conzi toca música en directo para los pacientes.