Los ganaderos se suman a senderistas y ciclistas para defender que caminos y veredas estén abiertos y no haya ocupaciones

Unos 1.300 participantes a pie o en bicicleta en las 15 rutas organizadas con motivo del cuarto día de los caminos públicos y el quinto día andaluz de senderismo, a los que se unió el paso de 1.000 ovejas de la ganadería Las Albaidas por algunas de las principales calles de la ciudad en una recreación trashumante, reivindicaron ayer el cuidado de la Sierra y que caminos y veredas permanezcan abiertos y en buenas condiciones para su disfrute, según explicó Manuel Trujillo, portavoz de la plataforma A Desalambrar, organizadora del programa de actividades junto a la Federación Andaluza de Montañismo. "El objetivo --explicó-- es recordar a las administraciones que tenemos una sierra al lado, que hay muchos usuarios en ella y que es necesario velar por su cuidado y también tener los caminos públicos abiertos". Eso y recordar que "llevamos 15 años reivindicando, además de la apertura de los caminos, la aprobación del inventario y, sin embargo, vemos pasar ayuntamientos uno detrás de otros y, aunque todos tienen buenas palabras --sin ir más lejos el que hay ahora está mostrando buen talante y ha colaborado en la organización--, sigue sin ir a Pleno la aprobación del inventario".

Pero las actividades de este año, que también resaltaron los valores naturales de la Sierra, denunciaron ocupaciones de caminos por parte de propietarios de fincas y otras agresiones como la suciedad que invade alguna de sus zonas. Contaron, además, como novedad este año con la participación de "otros usuarios como los pastores trashumantes y las ovejas". Felipe Molina, propietario de la ganadería Las Albaidas, apuntó que la idea surgió para dar a conocer a los ciudadanos que "no solamente hay vías pecuarias y caminos públicos que se pueden aprovechar para ir en bicicleta o hacer senderismo, sino que todavía se vienen aprovechando por la ganadería". Eso sí, con algunos problemas, ya que "muchas veces están en mal estado por culpa de las propias administraciones".

Molina explicó que en Córdoba se practica un tipo de "trashumancia corta", de tal modo que el ganado permanece en invierno en la Sierra y en verano, la mayoría, se desplaza a las rastrojeras en la Campiña. "Hacemos una ruta de un día o día y medio, de unos 20 o 25 kilómetros, y cruzamos la ciudad de Norte a Sur un par de veces al año. Y luego atravesamos la ciudad de Este a Oeste, según los pastos, varias veces más". Normalmente, en su caso, mueven entre 500 y 1.000 ovejas, como ayer, un "rebaño completo que el mismo sábado hizo trashumancia real de Rabanales hasta el mismo Patriarca". ¿Con dificultad? "Estamos habituados --respondió Molina--. Las ovejas son muy gregarias y están acostumbradas a moverse de finca. Además, tenemos unos mansos que las dirigen y apenas que los movemos un poco vamos por cualquier calle sin problemas". Como ayer, que recorrieron la avenida de El Brillante hasta llegar al Vial Norte.