Los que ayer se acercaron al bulevar del Gran Capitán pudieron comprobar el arte de emprender. Un total de 650 estudiantes de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional procedentes de 39 centros educativos de capital y provincia participaron en la Feria del Emprendimiento, actividad que organiza la Junta y con la que los alumnos muestran su talento innovador. Como cada año, la feria sirve para exponer los resultados del trabajo que niños y adolescentes realizan dentro del programa Innicia, en el que este curso han participado 7.000 estudiantes y 48 centros. Proyectos centrados en el ámbito productivo, enfocados a lograr un cambio social, pensados para mejorar el medio ambiente, destinados a reconocer el papel de la mujer o relacionados con el arte y con la tecnología se expusieron ayer.

Repartidos en distintos expositores, como si de un mercado se tratase, los alumnos vendían artículos de todo tipo elaborados por ellos mismos. Pulseras, colgantes, broches, llaveros, portarretratos, jabones, marcapáginas de libro y tazas eran algunos de los productos en los que los estudiantes habían volcado su imaginación. Pero no eran los únicos. También había artículos llenos de originalidad como los peluches realizados con toallas de bidé por los participantes del colegio Al Ándalus de la capital; las figuras diseñadas por una de las cooperativas del IES Don Diego de Bernuy de Benamejí, que ofrecía también la posibilidad de fabricar mobiliario a medida; o las máscaras de Carnaval de la Escuela de Arte Dionosio Ortiz.

Pequeños y mayores estaban «entusiasmados con la experiencia». En sus rostros se percibía el orgullo por la labor realizada. Alumnos del CEIP Al-Yussana, de Lucena, explicaban con toda la pasión del mundo el fruto de su trabajo en ámbitos como el reciclaje, a través de jabones, plantas y botellas convertidas en hucha; la empresa, que han creado para luchar contra el cambio climático y tener un jardín botánico en su colegio; y la tecnología, mostrando las maravillas que podían llevar a cabo con una impresora 3D y programas como Arduino. Entre sus metas está conseguir invernaderos inteligentes o un patinete eléctrico. «Es una forma distinta de que el alumnado capte la atención en cosas que lo ayuden día a día con la robótica», señalaba su profesora Azahara Gracia.

Entre las novedades de este año están el carnet de emprendedor, que fue entregado a los alumnos, y los técnicos facilitadores, cuyo papel es asesorar. El delegado del Gobierno, Antonio Repullo, destacó la importancia de que «desde pequeños se fomente la iniciativa empresarial», mientras que el de Empleo, Ángel Herrador, dijo que el objetivo de esta iniciativa es que «sea el primer paso para que la cultura emprendedora de los jóvenes crezca y se fortalezca». Por su parte, la delegada de Educación, Inmaculada Troncoso, subrayó que «la feria es el culmen del programa Innicia y refuerza la idea de que es necesaria la creatividad para fomentar el empleo». Por segundo año, la feria contó con el concurso de video-experiencias, que sirvió para reconocer el esfuerzo innovador del profesorado, fundamental en esta iniciativa, y el talento emprendedor de los alumnos.