Antonia Pozuelo Hidalgo es desde anoche la Señora de las Tabernas 2018, título que concede el Aula del Vino de Córdoba. Esta cocinera autodidacta, inquieta y con más de 40 años a sus espaldas entre fogones prefiere a las mujeres antes que a los hombres en su cocina, que define como «tradicional, pero diferente». Hace casi un año, el pasado 23 de febrero, trasladó sus ollas y sartenes de Almodóvar a Córdoba para empezar una nueva aventura con sus hijos en la Taberna Almodóvar.

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-¿Qué supone para usted ser la Señora de las Tabernas 2018?</b>

--Es un reconocimiento a una vida entera de trabajo. Llevo 40 años en la hostelería, dando de comer. Estas son las cosas que te gratifican y te ayudan a seguir. Es un premio a mi larga trayectoria de tabernera, después de 40 años. Es un premio casi merecido.

-En su cocina solo hay mujeres. ¿por qué?

--Todo el equipo son mujeres. Yo desde que empecé, empecé con mujeres. Me gustan más las mujeres en la cocina que los hombres. Tal vez sea por una cuestión de limpieza. Es un aspecto con el que soy muy exigente. A las mujeres no se nos cae la bayeta de las manos y a los hombres hay que estar siempre diciéndoselo. Somos seis mujeres en la cocina y las seis de Almodóvar.

-Puede que sea también una cuestión de complicidad.

--En mi cocina hay mucha complicidad y solo con mirarnos ya sabemos lo que estamos pensando.

-Cuarenta años en la profesión. ¿Cómo recuerda aquellos primeros tiempos cuando empezó a cocinar en Almodóvar?

-Empecé en 1976. Los principios siempre son algo duros. Yo soy una cocinera autodidacta, porque yo no he ido a ninguna escuela de hostelería. Yo empecé aprendiendo de mamá y de la abuela. Son las que me ayudaron bastante. Tengo una madre que cocina muy bien. Para mí, era empezar algo nuevo, Tuve la suerte de que me gustara muchísimo y, hoy por hoy, la cocina es mi vida. Llevo 40 años, pero no pienso en el día de jubilarme, sigo con las mismas ganas o más.

-Su cocina es muy inquieta, no se basa solo en platos tradicionales, sino que usted va un poco más allá.

--Es cierto, a lo largo de este tiempo yo me he preocupado mucho de viajar, de conocer, de leer y de informarme de muchas cosas. No es la cocina tradicional del rabo de toro o del salmorejo, sino que he ido poquito a poco innovando. Cada día he visto cosas diferentes y las he adaptado a mi cocina. Tenemos una cocina un poquito fuera del ámbito de lo tradicional.

-La definiría como tradicional, pero...

-Tradicional, pero diferente. Es tradicional, pero con cosas diferentes. No se puede calificar de nueva cocina, porque sigo haciendo mi salmorejo y sigo con productos tradicionales. Mi cocina se basa mucho en productos de mercado, productos frescos, de temporada. Como. por ejemplo, la alcachofa, que es ahora. Y cuando es la del atún, el atún.

-Si tuviera que escoger alguna de sus recetas, ¿cuál sería?

-Las croquetas. Es una croqueta, grande, gorda, no es la normal. Blandita. Es una croqueta, pero tres veces más grande de lo normal. Llevo haciéndola 40 años. Los clientes. encantados. e incluso cuando nos llaman para reservar mesa también reservan un plato de croquetas. Es algo significativo.

-Después de tantos años en Almodóvar, hace casi un año empieza una nueva aventura y se traslada a la ciudad de Córdoba, ¿cómo va esta aventura?

--La aventura de venirnos a Córdoba ha sido apostando por nuestros hijos, que están ya con nosotros en el negocio. Mi hija está en la cocina conmigo y mi hijo, en sala. Apostamos por venirnos a Córdoba y estamos muy contentos. La verdad. Ellos y nosotros.