Adrián Velázquez, científico de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo, y miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, tiene una visión bastante clara de cómo se está gestionando la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus. En su análisis, Velázquez refleja muchos fallos políticos y un exceso de responsabilidad hacia los ciudadanos.

-¿Cómo analiza la crítica situación sanitaria?

-La veo complicada, más problemática de lo esperábamos en julio, cuando no estaban aumentando los casos ni la gravedad. Hay algunos fallos en la población, pero muchos más en la Administración y en la gestión por parte de los que tienen que hacerla. Ya en el primer confinamiento todo se basó en el comportamiento de la población y se consiguió bajar las cifras gracias a ese confinamiento estricto que hubo.

-¿Nos apresuramos a pensar que estaba todo resuelto?

-En julio y agosto no había un aumento considerable de casos ni camas ocupadas, pero poco a poco ha ido aumentando. Lo que sí se ha visto es que la apertura de los colegios no se ha traducido en una contribución significativa a la situación de gravedad actual. No ha pasado lo mismo con el inicio del curso académico en universidades. Ha habido cierto relajamiento en las no fiestas, en los colegios mayores o en los bares de gente joven.

-¿Se atreve usted ponerle fecha a la vacuna?

-Desarrollar una vacuna nunca ha sido fácil. Se están acelerando mucho los procedimientos, sobre todo los administrativos y de control de contingencias, para el desarrollo de la vacuna. Pero no se puede evitar que sea un proceso a largo plazo. Es rápido encontrar una posible vacuna, pero no acreditar que es segura. Lo más realista sería pensar en primavera o verano del año que viene. Hay que estudiar los efectos colaterales a medio y largo plazo.

-¿Necesitaremos un arsenal de fármacos para frenar estos virus mutantes?

-Con los virus siempre va a aparecer una cepa que se haga resistente a un determinado fármaco. Pasa lo mismo con las bacterias y los antibióticos.

-¿Habrá más pandemias mundiales en los próximos años?

-Posiblemente. La frecuencia con la que surgen cada vez es mayor. 1918, 1957, 1968 y dos en las últimas dos décadas. Todo ello viene facilitado por la globalización.

-Es decir, puede haber otro virus parecido a punto de aparecer.

-El siguiente virus estará ahora en algún reservorio natural o en algún animal al que no le afecte. En el momento en que pueda pasar al humano, si se extiende el primer brote como ha pasado ahora, ya no disponemos de una herramienta para atajarlo rápidamente.

-¿Se puede creer en el final del SARS-CoV-2?

-Sí. Por acción o inacción de los políticos y gestores se alcanzará la inmunidad de rebaño, natural o artificialmente, con ayuda de la vacuna. Quedarán cambios como las medidas higiénicas, que han venido para quedarse, lo cual no es nada malo.

-Dice Juan José Badiola que los políticos miran solo lo inmediato, que les falta paciencia, inversión y mirar a más largo plazo, que es lo que necesita la ciencia.

-Para la investigación se necesita paciencia e inversión, igual que para la gestión. La investigación se ha considerado siempre un gasto, no una inversión. Los países mejor preparados para esta pandemia no han sido los que más dinero han dedicado a recursos sanitarios o de investigación, sino los que mejor han gestionado los pocos recursos que tenían. Grecia, por ejemplo, no tiene un presupuesto mayor que España, pero ha sido más eficaz en la gestión de los recursos.