¿Cómo no voy a recordar a Córdoba si el que me hizo el milagro, además de ser de hueso de olivo, fue artesano cordobés? No es normal que todos los días, si es que no he soñado con Córdoba, ya tenga Córdoba dentro de mí como el hueso de mi alma de olivo viejo, que además y por si fuera poco, el olivo mas hermoso de la Judería, que es el corazón de Córdoba, está en el parador de El Churrasco, alma del sabor cordobés, sin duda.

Y todo esto viene a cuento, aunque no es cuento sino que es sucedido, porque Córdoba, aunque sea la Córdoba argentina, ha sonado por todo el mundo con motivo del Congreso de la Lengua de España que ya hablan, escriben, sienten, mas de 500 millones de almas, por todo el planeta. Por eso, es bueno saber que allí se ha escuchado la voz de nuestro cordobés Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, voz clara, rotunda, verdadera, pero con el clarísimo deje tan nuestro, que eso nos dura dentro hasta los últimos días.

Y perdonen que insista en el tema, pero aquí queda la palabra dicha por Paloma Cuevas, la esposa del académico nuestro y torerísimo don Enrique Ponce, que ha descubierto a la revista tan mía siempre, tan nuestra:

-Yo procuré que las niñas no se asustaran al saber lo que le ocurrió a su padre. Así que les dije que tenía que ir con su padre, por que se había hecho daño en la rodilla…

Y tanto que el maestro se hizo daño, que a ver si puede estar de pie en el próximo agosto. En agosto lo tendremos, ánimo, mi buen maestro, que nos hace mucha falta.

Por lo demás, que no sé como decirles que no me gusta ni un pelo que Córdoba sea noticia por asuntos desagradables. Hay que ver el daño que ha hecho lo de esa señora que parece que echa basura al patio de otra buena señora… y enseguida a comentarlo. No me gusta, no, la Córdoba mala noticia, ni mucho menos.

Eso sí, alegría para mi cuerpo, el poder ver con estos ojos que se ha de comer la tierra (eso sí, ya hechos ceniza) ese cuadro de don Rafael Botí, de los cipreses, tan míos, tan nuestros, aunque tengan un polen maldito, que a veces la belleza tiene un alma muy mala. Pero, Dios mío, ¡qué serenidad la que me da ese cuadro, aunque solo lo haya visto hasta ahora en nuestro periódico! Botí en el Bellas Artes, ¡Cuánto me hubiera gustado conocerlo personalmente! Pero lo admiro en su obra.

Que por algo ese título de hoy, ya que acabo de ver que además que del hueso de nuestra aceituna se alimentan las candelas, las chimeneas, y que hasta se está haciendo, por usar del zumo hasta el final, una especie de perfume, diría yo, que es muy artesanal, pero que además como pomada cura hasta el dolor del mismo esqueleto. Aparte de que acabo de leer que ya está listo el aroma del azahar para esta primavera nuestra. Vale. El azar del azahar, que sería un buen título, como el de aquella canción que acabo de escuchar: Te estoy amando locamente. Que hubiera podido ser sin duda, otro buen título para este domingo último de marzo, cuando ya mañana es abril, y ya lo dice el refrán: «En abril, procesiones mil».

Jugando como siempre a lo único que juego, que puedo jugar, que son las palabras y en las que Córdoba tanto me ayuda. Recibo las bases para el concurso de la revista Caños Dorados, que tanto hace por la cultura de nuestra tierra. Ah, que no quiero olvidarlo. El Puri me mandó el otro día la película aquella en la que trabajó, y que es ya una especie de cinta de culto para los taurinos. El Puri, uno de los más puros cordobeses del mundo entero, siempre tan cordobés en sus hechos como en su toreo, puro Puri, ya lo saben bien los buenos aficionados.

Por eso, siempre es tan oportuno, ese viejo periodista que se llama, y que lo es, don Julio Merino, que ya está en la galería de la actualidad de los toreros antiguos, aquellos que llevaban el botijo en lo alto del coche de cuadrillas. Maestro Merino que confirma aquello de: «El torero nace, más que se hace».

Las dos cosas juntas, don Julio, lo que pasa es que hay que saber hacerlo. Por que hay muchos toreros de la palabra, pero muchos, muchos, como este servidor de ustedes, lo que pasa es que como un día me dijo mi compadre Curro Romero:

-Lo más importante, compadre, es que yo tengo todo el miedo del mundo, pero es que disimularlo es mucho más de valientes que de cobardes...

La palabra sagrada de mi como hermano. Veo, me alegra tanto, que se quiera reivindicar la memoria de mi compadre Yale, que fue uno de los más grandes reporteros de su tiempo. Un maestro, y además el más cordobés del mundo. Y a partir de mañana, abril... Córdoba en abril.

Santiago Muñoz Machado, presidente de la Real Academia; Paloma Cuevas, esposa de Ponce; el torero El Puri y el pintor Rafael Botí.