La ciudad está llamada mañana domingo, 30 de junio, a vivir una procesión única que no se repite desde el año 1929, cuando un cortejo similar se puso en la calle con motivo de la consagración de la diócesis de Córdoba al Sagrado Corazón.

Por tal motivo, este año, que se cumple el 90 aniversario de esta efemérides, las cofradías se echaran a la calle para, en acción de gracias, conmemorar este hecho.

Como en aquella tarde del 20 de octubre del 1929, la imagen de San Rafael Arcángel, la Virgen de los Dolores y el Sagrado Corazón de Jesús volverán a la calle. Será, sin duda, con otra estética pero con un mismo sentir: poner de manifiesto que la religiosidad popular de la ciudad sigue viva y late como en aquella tarde de octubre de 1929.

Según las crónicas de la época, la comitiva partió entonces a las cinco de la tarde; poco antes, el Arcángel San Rafael salió de la basílica del Juramento para dirigirse a la actual plaza de las Tendillas, donde esperaba el resto de la comitiva.

Del hospital de San Jacinto, en la plaza de Capuchinos, salió la Virgen de los Dolores para dirigirse igualmente al centro de la ciudad, mientras que de la Catedral partió la imagen de Santo Tomás de Aquino y de la iglesia del Salvador, la del Sagrado Corazón de Jesús.

A las cinco, todo estaba dispuesto, así, tal y como recoge la crónica de Diario de Córdoba, la procesión estuvo organizada con el siguiente orden: «Abrían el cortejo los batidores de la guardia municipal a caballo con traje de gala, la banda de cornetas y tambores de la Casa Socorro Hospicio, estudiantes y, tras ellos, la imagen de Santo Tomás de Aquino. Seguía la banda del colegio Salesianos, los caballeros, entre los que figuraban representantes de casi todas las hermandades y cofradías instituidas, la imagen de San Rafael, comisiones del colegio de abogados, centros de enseñanza con sus directores, el Ayuntamiento bajo mazas, representaciones del Gobierno Civil y de la Diputación Provincial y la banda municipal de música cerrando esta comitiva».

Tras ella, comenzaba el cortejo que acompañaba a la Virgen de los Dolores. Según el redactor, el paso «fue acompañado de todas las instituciones de carácter religioso de la ciudad, cerrando la banda municipal de Montoro».

Detrás, el paso del Sagrado Corazón de Jesús con una comitiva compuesta por «los alumnos del seminario conciliar San Pelagio, representaciones de distintas ordenes religiosas, así como el Cabildo Catedral, y cerrando el cortejo la banda de cornetas, tambores y músicos de las escuelas del Ave María».

Asimismo, la crónica se hace eco de la participación de los cordobeses en esta procesión. De este modo, los vecinos adornaron los balcones de «todas las casas situadas en las calles del recorrido de las imágenes, ostentando colgaduras, muchas de ellas con la efigie del Corazón de Jesús».

La crónica concluía señalando que «se contaron por miles los asistentes a este acto», el cronista añadía que «Córdoba escribió el domingo una gloriosa página en su historia y por ello debe sentir legítimo orgullo».

Una crónica que de seguro en muchos aspectos se repetirá mañana domingo por las calles de la ciudad. Un acto en el que estos días se pulen todos los detalles, desarrollándose los distintos actos previos, como el celebrado anoche, donde la imagen de San Rafael, de forma extraordinaria, salió del Juramento en unas parihuelas cedidas por la hermandad de las Angustias para dirigirse a San Andrés, desde donde mañana domingo se unirá al cortejo que le pondrá color a aquel del 20 de octubre de 1929, donde Córdoba vivió una «gloriosa página de su historia».