La Virgen de la Merced, titular mariana de la hermandad del mismo nombre, presidió ayer en el Centro Penitenciario de Córdoba una histórica eucaristía oficiada por el obispo de la diócesis Demetrio Fernández.

La imagen de la Virgen de la Merced fue trasladada en la mañana de ayer en un acto privado desde su sede canónica, la parroquia de San Antonio de Padua, hasta el centro penitencario. Una vez allí fue entronizada en un altar preparado para la ocasión por la hermandad y los miembros de la Pastoral Penitenciaria.

Pasadas las diez de la mañana el salón de actos de la prisión fue ocupado por más de 200 internos que siguieron el acto. Poco después, el coro del seminario entonó el canto de entrada y a continuación el obispo daba la bienvenida «la Madre ha venido a visitaros» señaló el prelado, que mostró su satisfacción por este acto organizado por la hermandad de la Merced junto a la Pastoral Penitenciaria.

El obispo en su homilía tuvo palabras de aliento para los privados de libertad invitándolos «a tener a la Virgen en el corazón» ya que ella es «la Madre de la libertad». Concluida la eucaristía los internos entonaron el himno que ellos mismos habían preparado para esta visita de la Virgen.

Poco después los hermanos de la Merced bajaban a la Virgen del altar entre un sonoro aplauso de los internos dando comienzo el besamanos más extraordinario que ha tenido la Virgen de la Merced en su historia.