Con la llegada de la Cuaresma los templos se llenaron ayer de fieles para recibir la tradicional imposición de la ceniza. Un rito cristiano que se celebró en la Catedral con una eucaristía presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández. El prelado comenzó su homilía recordando que el punto de referencia de la Cuaresma es la Pascua. «Comenzamos el tiempo de Cuaresma con la perspectiva de la Pascua y con Jesucristo siempre en el centro», señaló. Asimismo, recordó que en estos 40 días en los que celebramos los misterios centrales de nuestra fe, «es tiempo de intensificar nuestra vida cristiana en todos los aspectos; especialmente, en el de la oración como primer punto de apoyo». Además, aludió a la importancia del ayuno y la abstinencia en este tiempo, exhortando a los fieles a entrar en la Cuaresma, «abriendo de par en par nuestro corazón a la esperanza».

Las cofradías también recordaron ayer la llegada de la Cuaresma. En los templos continuaron los cultos a los titulares de las cofradías que llenaron de barroquismo los templos.

Además de estos cultos, se rezaron los primeros vía crucis de esta intensa Cuaresma. Así en la parroquia de San Antonio de Padua, la hermandad de la Merced rezó ante la imagen de Jesús Humilde en su Coronación de Espinas, que fue portado en una sencilla parihuela exornada con clavel rojo. El acto, cargado de solemnidad, se desarrolló en el interior de la parroquia.

En la calle también hubo momentos para rezar con el Señor, en esta ocasión con el titular de la hermandad de la Esperanza, Nuestro Padre Jesús de las Penas. La imagen recorrió las principales calles del popular barrio de San Andrés sobre una parihuela exornada con flor morada y acompañado musicalmente por la melodía de la música de capilla.