Quizá la del Vía Crucis sea la cofradía a la que menos le ha afectado el traslado de la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral. Primero, porque desde siempre su estación de penitencia ha estado ligada al primer templo. En segundo término, porque podría decirse, como apuntaba ayer su hermano mayor, Francisco Almoguera, que suprimir las anchas calzadas de la antigua carrera oficial en Claudio Marcelo y Las Tendillas ha beneficiado a su recorrido, tan marcado por un carácter sobrio e intimista con su mejor reflejo en las callejuelas de La Judería. De hecho, «somo los únicos que haremos el 95% del recorrido en La Judería», recuerda Almoguera. Sin embargo, en esta Semana Santa de novedades, comenzando por la mismísima carrera oficial, también el Vía Crucis incorpora mejoras. De entrada se instalarán dos altares más en el recorrido (en las calles Tomás Conde y Conde y Luque), recuperando así casi plenamente la tradición perdida de los altares en su recorrido.