La imagen de la Soledad reinó en la mañana del Sábado Santo, acompañada por la Banda del Tercio de la Legión de Melilla, a la cual el Ayuntamiento antes de su salida homenajeó en el salón capitular del Consistorio y a cuyos miembros el alcalde Fernando Priego hizo entrega del escudo de la ciudad. La noche desde la iglesia de la Asunción y Ángeles la protagonizó la Virgen del Socorro, cerrando dos días intensos que comenzaban en la madrugada del Viernes Santo, con el Silencio y la Humildad y Paciencia, que tuvo que volver a su templo por la lluvia.

Las precipitaciones rompieron el Viernes Santo ya que impidieron las salidas del Mayor Dolor, Nazareno, Sepulcro e Imperio Romano, Dolores y en la medianoche del sábado, el Perdón, ante la impotencia de sus fieles.

Por el contrario, acortando recorridos para no ser sorprendidos por el agua, lo hicieron los cortejos procesionales del Rocío de Pasión, Descendimiento y Nuestra Señora de las Angustias, cuya primera levantá estuvo a cargo de José Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad.