La céntrica iglesia de la Merced (Diputación de Córdoba) acogió anoche una mueva edición del pregón de la juventud cofrade de la Semana Santa de Córdoba, un acto organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad.

Poco después de las nueve de la noche, el joven cofrade Javier Romero Pérez, hermano de la hermandad del Cristo de Gracia, tomó la palabra para desgranar un elaborado pregón cargado de mensaje y de emotivas palabras a cada uno de los titulares de las cofradías cordobesas, que fueron agrupados por lugares de la ciudad muy vinculados a cada cofradía.

El pregonero, con voz firme, desgranó un texto donde alternó el verso y la prosa, siendo esta última la que más predominó.

En ocasiones la palabra fue acompañada por la música, en este caso de la agrupación musical del Santísimo Cristo de Gracia, de la que el pregonero es componente.

Un pregón en el que no faltaron importantes reflexiones en torno a la fe, la juventud y la religión que el joven pregonero fue introduciendo muy acertadamente haciendo un juego de palabras con cada una de las advocaciones de los titulares de las cofradías cordobesas.

Sirva de ejemplo la parte que dedica a la hermandad del Amor con la que trazó un «Puente de Amor» imaginario para mediar ante tanta injusticia latente en la sociedad actual, «puentes de Amor a aquellos que se sienten desahuciados, abandonados, miserables, apartados y que la gente ,en vez de darles un soplo de esperanza, arrincona en la parte más esquinada de la sociedad», dijo. Asimismo tendió «puentes de Amor» para los jóvenes, sobre todos aquellos que «sufren, que son maltratados, acosados en los colegios, golpeados, asesinados, raptados o violados».

Poco a poco el pregón fue llegando a su fin, así fueron muy emotivas las palabras finales dedicadas a las dos devociones trinitarias: Jesús Rescatado y el Cristo de Gracia.

A este último, con la música del himno al Cristo de Gracia como fondo, el pregonero recitó un sentido verso que concluyó así: «Ayúdame a serte fiel, a ser de ti tu noble templario/ como durante cuatro siglos lo han sido los padres trinitarios./ Para a los cuatro vientos gritar diciendo y con esmero/ que Córdoba es la única ciudad del mundo entero/ donde a Dios se le reza llamándole Esparraguero».

Un recorrido final por todas las cofradías cordobesas cerró este intenso pregón que, una vez más, volvió a aglutinar a los jóvenes cofrades de la ciudad.