Un fuerte y frío viento condicionó el Viernes Santo, que ya comenzó por la madrugada cuando la hermandad de la Buena Muerte decidió acortar su recorrido ante la amenaza de lluvia. La cofradía, que había hecho su salida de San Hipólito, caminó hacia la Catedral a un ritmo acelerado. Tras su paso por el primer templo de la diócesis decidió no culminar la carrera oficial y poner rumbo a su templo por la Puerta del Perdón, ya que la probabilidad de lluvia a las 5 o 6 de la mañana era cada vez mayor.

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Por la mañana, la hermandad de la Caridad suspendió el vía crucis de su titular hasta la Catedral, celebrándolo en el entorno de la iglesia de San Francisco y en el interior del templo.

Ya en la tarde, La Soledad y La Expiración ponían su cruz de guía en la calle, mientras Los Dolores anunciaba que suspendía su estación de penitencia por las malas previsiones meteorológicas que se barajaban en esos momentos.

La Soledad fue la primera que, como después hicieron El Descendimiento y El Santo Sepulcro, decidieron salir, pero advirtiendo que recortarían sus itinerarios de regreso para minimizar el riesgo de incidentes por la lluvia.

Lamentablemente, fue algo que ninguna pudo evitar, aunque con distinta suerte. La Soledad sufrió un chaparrón, era poco antes de las 11 de la noche, justo con su paso en frente de la iglesia de Santiago.

La Expiración tardó algo más en entrar en la iglesia de San Pablo y al Descendimiento el chubasco le cogió cruzando el Puente Romano, en un regreso más o menos precipitado.

El paso de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro tuvo que refugiarse unos minutos junto a la Puerta del Perdón, bajo la Torre de la Catedral. Sin embargo, y pasada la lluvia, continuó su camino, saliendo el palio de Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad también camino de la iglesia de La Compañía, a donde llegó mucho antes del horario previsto pero sin descomponer en ningún momento el estricto orden que caracteriza el cortejo.

Bajo la fría noche, destemplada y siempre bajo la amenaza de lluvia, El Descendimiento, con el paso del misterio ya dentro del local y el palio de la Virgen del Buen Fin a poca distancia para refugiarse en caso de un nuevo chaparrón, despidió la noche recreándose con unas marchas que pusieron bálsamo a un accidentado y desapacible Viernes.

Esta mala pasada que la meteorología jugó a las cofradías de la jornada no fue óbice para poder admirar el cuidado en el exorno de los pasos. Así, todo el que se acercó a la plaza de Capuchinos pudo comprobar de cerca el exorno floral de la hermandad de los Dolores, a base de rosa blanca en la Virgen y roja en el Cristo de la Clemencia. Las bandas de la Redención y la Estrella respectivamente ofrecieron unas marchas en honor de los titulares para paliar este agrio momento.

Por su parte la hermandad de la Soledad sorprendió con un calvario a base de distintas variedades florales con predominio del morado. Morado como el calvario de iris que llevó el Cristo de la Expiración, que lució las potencias que estrenó en la salida del mes de febrero. Bellísima la Virgen del Rosario con su palio exornado con el clásico clavel blanco. También en blanco fue el exorno floral de la Virgen del Buen Fin, que volvió a llenar de alegría este Viernes Santo con un acertado repertorio interpretado por la Banda de la Esperanza. Y finalmente, el Santo Sepulcro optó para el paso de palio de la Virgen del Desconsuelo por el clavel blanco.

Se cerraba antes de tiempo un Viernes Santo que no será, ni mucho menos, de los más recordados. Un Viernes Santo donde de nuevo el público se echó a las calles para acompañar a las cofradías, si bien conforme avanzaba la noche el frío y el viento hizo que el público mermara. No obstante ninguna de las cofradías completaron su recorrido solas. Asimismo, la Virgen de los Dolores recibió en la plaza de Capuchinos a cientos de personas que se acercaron para contemplar los pasos de la cofradía.

Un desapacible Viernes Santo que, con toda seguridad, hoy, Domingo de Resurrección, con la salida del Resucitado quedará solo en un mal recuerdo.

SOL Es de reseñar la compostura de los cortejos de nazarenos de las cofradías del Viernes Santo, a pesar de las adversidades siempre mantuvieron la compostura.

NUBLADO Aún hay gente que no respeta la decisión de una cofradía de no salir por amenaza de lluvia.