El padre carmelita descalzo Juan Dobado Fernández fue anoche el encargado de exaltar a la Virgen de la Fuensanta con motivo del 25 aniversario de la coronación canónica.

Dobado, que fue introducido en el atril por Manuel Guzmán, hermano mayor de la archicofradía del Carmen de San Cayetano, dio una magistral lección de historia y devoción a la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad y de las cofradías cordobesas.

De este modo, fue desgranando un elaborado texto donde predominó la prosa con la que el carmelita fue destacando distintas facetas de la devoción a la Virgen de la Fuensanta en la ciudad. «Ella es la madre de los cordobeses», señaló Dobado poco antes de evocar la coronación canónica de la imagen en la mañana del 2 de octubre de 1994 ante 8.000 personas congregadas en el bulevar del Gran Capitán.

Asimismo, recordó el 8 de septiembre, un día en el que la ciudad «se postra ante su patrona», recordando que esta fiesta es solo de la Virgen, auténtica protagonista, «menudo disparate» si se piensa que el caimán está por encima de Ella.

Casi de forma novelada, con un texto cargado de multitud de matices contó la leyenda de la aparición de la Virgen de la Fuensanta, así como lo referente a las aguas milagrosas del Pocito. Poco después, dedicó unas palabras a la vertiente artística e iconográfica de la secular imagen.

Finalmente, se dirigió a la juventud cofrade y a los niños del mundo enlazándola con el niño de la Virgen. Una sentida alabanza a la Virgen, así como un ¡viva la Virgen de la Fuensanta! pusieron el broche final a esta conmemorativa exaltación que fue correspondida por un sonoro aplauso del numeroso público que llenaba el santuario de la Virgen de la Fuensanta, donde se celebró el acto.

Tras la proclama, dio comienzo la eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, y acompañada musicalmente por el coro de la Catedral, una especial celebración con la que la Agrupación de Hermandades y Cofradías conmemora las bodas de plata de la coronación de su patrona.