Desde las 19.30 horas de la tarde, el autor de comparsas cordobesas Miguel Amate dará el pistoletazo de salida al Carnaval. Desde el Gran Teatro, Amate ofrecerá a los asistentes gran parte de la historia de la fiesta popular en la ciudad cordobesa, acompañada de una lista variada de coplas históricas y otras más presentes.

Lo primero, felicitarle por ser el pregonero este año del Carnaval. ¿Cómo se enteró de esta noticia?

Fue extraño (mientras tose apunta que “voy a ser el primer pregonero ronco de la historia”, entre risas). Raro porque me lo ofrecieron muchas veces y nunca me he veía como pregonero. Pero este año, me encontré a Alfonso en mayo y ahí me lo pensé. Entonces lo consulté en casa, a todos les hizo ilusión y dije adelante. Me lo han ofrecido cinco o seis veces y lo digo porque hay quién dice que ya era hora de yo fuese pregonero, pero la culpa no es de ellos, sino más bien mía. Debía buscarle un sentido al pregón y se lo encontré. Ese sentido es que el pregón es solidario en favor de la Asociación Española contra el Cáncer. En el pregón habrá voluntarios de la asociación en la puerta, se han hecho lazos dorados y pulseras porque quiero reivindicar el color dorado del cáncer infantil ya que la gente lo tiende a confundir con el del independentismo catalán. Mi primo Pepe Amate va a pintar un cuadro que ya ha sido comprado por una importante suma de dinero y esa recaudación se va a donar a la asociación, además de regalarle el cuadro. Y pido también que la gente aporte lo que pueda a la asociación.

Tras varios años sin concursar, ha tenido un año intenso para preparar el pregón. ¿Le han venido recuerdos de aquellos años de ensayos?

Por supuesto, de hecho el pregón lo he montado prácticamente como si fuera a montar una comparsa, sobre todo a la hora de escribir, pensar la idea. Me he vuelto a sentar en la mesa con las tres personas que me sentaba estos últimos años: Rafael Aranda Taleguilla, su hermano José y Manolo. También mi sobrino Pablo Bellido Amate ha sido una persona importantísima en la elaboración de mi pregón. Entre los cinco plasmamos una idea y después la fui desarrollando. He juntado a mi gente de muchos años y va a estar bonito.

Ha estado vinculado a la fiesta desde los 17 años, tal y como ha comentado en alguna ocasión. ¿Cómo fueron sus inicios?

Antes de los 17 años ya veía agrupaciones en festivales benéficos ya que por entonces no había concurso. En esos inicios estuvo muy presente Pepe Martínez. Escuchaba a esta gente mientras yo tenía un grupo de sevillanas al que escribía. Me juntaba con Pepe Martínez, su hermano Miguel y coincidíamos en los festivales. Me empecé a juntar con Pepe y fue el que me hizo escribir. Él fue a Cádiz con Dandi de Carnaval y para ese año recuerdo que hice un pasodoble. Estaba muy unido a ellos, de hecho no fui a cantar a Cádiz por los estudios. Al año siguiente Pepe Martínez hizo Títeres y yo le compuse el popurrí y algún pasodoble. Además, el tuvo la cortesía de ponerme en los créditos.

¿Cómo ha evolucionado la fiesta en Córdoba desde entonces?

Ha evolucionado muchísimo, puesto que aquel momento era un periodo de transición. Era los años 1981 y 1982 y el concurso empezó en el 1983. El certamen inició a raíz de grupos que movieron a mucha gente y a partir de ahí nace todo esto. No te diré nada más porque lo explicaré entre el pregón (entre risas).

¿En qué estado se encuentra la fiesta en la calle? ¿Y el concurso?

La fiesta en la calle, sinceramente, está regular. Yo tengo mi visión particular de lo que debe ser la fiesta en la calle, que se está enfocando mal desde hace años. La calle deben hacerla la gente de la calle y están encargando esa responsabilidad a los grupos. Respecto al carnaval de copla, en los últimos años el concurso ha evolucionado, Aunque, la afición que existe en Córdoba al carnaval somos los mismos que lo hacemos. La gente de Córdoba tiene afición al carnaval de Cádiz y no se para a mirar los grupos de Córdoba. Es cierto que en Cádiz hay mucha calidad pero hay calidad en los grupos punteros. Ahora que se televisan hasta preliminares, aparecen también grupos de menor calidad. Aquí cada vez hay más gente que se está acoplando al concurso, creo que en número tenemos el segundo certamen más importante tras el de Cádiz y cada vez se están haciendo mejor las cosas. Quizás porque se esté trabajando más, porque con Internet tenemos la oportunidad de darle a un botón y verlo todo. Entonces los chavales están aprendiendo, pero creo que están aprendiendo más lo malo que lo bueno, pero bueno es normal y cada uno aprende por cuenta ajena. Algunas veces me han pedido consejo, pero las cosas que les digo no les agradan puesto que yo soy aficionado de lo antiguo y de lo moderno también, pero sí que conozco lo antiguo. Los más jóvenes conocen, por ejemplo, desde Martínez Ares hasta aquí. Martínez Ares hace las cosas muy bien y todos, pero Martínez Ares está evolucionado y no se sale de lo auténtico. El carnaval evoluciona. Entonces, cuando tú quieres hacer copla y no sabes lo que hay antes de Martínez Ares, no eres capaz de hacer lo que hace Martínez Ares porque incluso el Selu, pues hay muchas chirigotas que quieren coger sus pasos. Cuando ves una chirigota del Selu que parece que hace muchos pegos, su puesta en escena. El pasodoble, independientemente de que lo adorne de una forma u otra, su estructura es el pasodoble y para escuchar lo que hace el Selu o Martínez Ares, hay que escuchar a Paco Alba, escuchar a los antiguos tal y como es. Luego eso lo adornas cuando quieras. Muchos chavales jóvenes escuchan a Paco Alba, les gusta pero no le sacan el misterio. Este año mismo me he encontrado grupos bien montados de voces, preparados de guitarra, en la percusión quizás seamos aquí algo más flojos, pero lo que es la base de la agrupación en sí no es lo que debería ser. Una agrupación que quieres que se escuche sus letras, debe engancharte con la música y la forma de serlo. Y lo más importante, tener que entenderlo. Hay que vocalizar muy bien, aprender a no cantar como hablamos. Los cordobeses debemos aprender a cerrar las vocales que las abrimos mucho y por eso es la mejor forma de que se te entienda. Lo echo en falta, pero he visto agrupaciones que chapó. No le vamos a pedir el nivel de Los luceros y no por falta de cualidades, sino por falta de sapiencia, de utilizar esas facultades. Aunque sí están a un buen nivel.

Sobre todo, lo que tiene el Carnaval de copla cordobés es que la gente se hace artista en cuatro días. La gente sale en una chirigota cuando no ha salido en su vida y en dos años ya escribe y de todo y, además, lo hace “mejor que nadie. Otro de los problemas es que los grupos cantan muchas veces pensando en sus familias y amigos. Es muy diferente cantar en un teatro donde no te conoce nadie y hay aficionados que por cortesía te pueden hacer palmas. No podemos evolucionar en los tiempos de Pablo, Paco Luque que debíamos apañarnos con lo que oíamos en la radio y esperar al día siguiente a comprar la cinta. Después solo teníamos el día de la final para poder verlo, pero ahí veías lo mejor. Ahora se puede ver todo y lo mismo que nosotros vemos y escuchamos a los de Cádiz, ellos nos ven a nosotros.

¿Internet puede ser una herramienta útil para el desarrollo de las agrupaciones?

Es más bien un arma de doble filo. Porque todo lo que se ha grabado se sube a Internet y se ve en las redes sociales. Sé de gente que muchas veces se reúnen y para divertirse, buscan grupos malos en Youtube. Es una falta de respeto, pero también lo hacen para divertirse. Hay que evolucionar. La cosa va por buen camino, la cosa está mejor que hace ocho años puesto que los chavales van creciendo, intentan poner mucho de su parte, les gusta aquello, intentan hacerlo bien. Aun así, los componentes de letra y música deben exigir aún más a ellos mismos. Quien quiera ir a un teatro, debe pasar la experiencia de la calle. Entonces tendríamos calle. Si quieres montar un grupo, pide ayude a quien quieras, pero lo más importante es que te lo pases bien y hagas reír. Ahí vas cogiendo la esencia y cuanto te veas, das el salto. En Cádiz todo el mundo parte de la calle. Dicen que la comparsa la inventó Paco Alba, pero en su afán de perfeccionar, hacer mejor las voces, de meterle vocecitas, una guitarra… Alba afina muy bien unos tenores y le mete una segunda potente que le da cuerpo, puesto Paco Alba era músico. Ahí surge la idea de que nacen chirigotas que se desbancan de las chirigotas y llega un momento que el concurso dijo debemos dar un premio aparte y se inventa la comparsa. Todas esas chirigotas de Paco Alba, Fletilla, entre otros, vienen de la calle. Poniéndolas mejor, vistiéndolas mejor y así fueron al teatro.

Así se mejoraría la calle.

Si tu quieres cantar, tu foro es la calle, hacer reír, llorar que la gente te siga de esquina en esquina. Ves un grupo mediocre en el teatro, a oscuras, sentado y has pagado una entrada te quedas regular. Pero si ves ese mismo grupo en la calle y te diviertes con ellos. Pero la gente quiere subirse a un teatro, un escenario, catar unos camerinos, que le hagan palmas… La gente tiene que tener espíritu de artista y el que verdaderamente se sienta artista o quiera aportar algo como tal, el aplauso fácil no lo quiere. El aplauso de mis padres lo tengo asegurado, pero yo quiero llegar a la gente. Cuando me han dado premios han sido todos unánimes, incluso algunos me decían que me merecía el primero cuando no lo ganaba y no los conocía de nada. El triunfo no se busca, el triunfo llega. Todos los triunfos son consecuencias de un trabajo. Si tú trabajas en un diario y confían en ti, es porque han evaluado previamente tu trabajo. Nadie que se pongan a escribir poemas no puede decir rápidamente voy a escribir en el periódico. No es adecuado. En todo debe haber un aprendizaje.

¿Qué futuro le ve a la fiesta en los próximos años?

Lo que es el futuro del concurso es bueno porque vienen gente de fuera, muchos con las cosas muy bien aprendidas y otros menos, pero se esfuerzan en ello. Hay agrupaciones que se les da vida, pero el problema está en la calle que se les encarga a los grupos que van al teatro. Los grupos sirven para ir al teatro, que como les cuesta dinero se van a los concursos de los pueblos, al de Málaga, Huelva y le quitan tiempo para la calle. La calle la hacen por obligación, porque les pagan. Una miseria, pero les pagan. Después de mi retirada y volver he hecho la calle dos años y la calle que hecho es la calle Montero. No me han encajonado en ningún escenario. De hecho, la cabalgata la han hecho componentes que tienen niños y que querían llevarlos a que vieran la cabalgata. Voy a la cabalgata si me apetece, no si me obligas. Estoy en contra de eso. Y de muchas cosas porque tengo una visión particular y me cuesta trabajo componente, montar un grupo y darle una calidad para que después me digan que debo actuar un escenario por 150 euros. Ese dinero, entre 15, salimos a diez euros y nos los gastamos en cervezas. En la calle voy a dónde me da la gana.

Si se encuentra con alguien que no sepa de Carnaval o solo ha visto de Cádiz, ¿cómo le explicaría el sello puro de la comparsa de Córdoba?

Es complicado porque no creo que haya un sello característico de Córdoba. Sí que puede haber sello de autores, pero la gente que aprende lo hace escuchando de Cádiz. Humildemente, hay gente que dice que ha aprendido de mí. Eso sí, hay agrupaciones que he visto y sí tienen cosas mías porque tengo un sello. La gente cuando escucha mis comparsas las identifica rápidamente porque tengo una forma de montarlo. Al igual que le sucede a autores como Pablo Castilla. Todos los que hemos aprendido lo hemos hecho de Cádiz. Yo tengo en casa cintas sin desprecintar, por coleccionar, sin escucharlas para que no se me pegara las músicas de otra gente. Lo que está claro es que el grupo debe tener una base, después el sello se lo pones tú. El grupo que no entiende esa base lo que hace es intentar parecerse. ¿Entonces un sello en Córdoba? Chirigotas que haya visto ahora, he visto una chirigota que pueda tener un sello puesto que a pesar de ir dentro de los cánones, la impronta del que la ha montado la tiene. Y comparsas, quizás dos que si esto lo escribe y lo lee, lo entiende perfectamente. He escuchado una que sí tiene el sello característico de la comparsa de Córdoba, que es afinadita, que suena bien y esa comparsa la han hecho dos personas que pertenecían a a la comparsa de Córdoba y han querido que sonara igual.

La comparsa de Córdoba llegaba a Cádiz y era diferente a lo que había allí. La dirección era del Taleguilla y la música de José. Sonaba diferente a como ellos cantan. Y aunque tenga las formas de aquello, eso es imposible. Tiene ese sello de la persona que tiene.

Se hablaron maravillas de La Comparsa de Córdoba

Era el sello del Taleguilla y la música de José. Porque antes de que José hiciera música, la etapa mía, los últimos bandoleros fueron muy bien aceptados en Cádiz y se quedó en el corte para semifinales. Trotamundos también quedó bien, Alma en pena fue menos porque nos equivocamos con la idea. Desde que entró José está demostrando que es un genio, la prueba está en que está haciendo la música de la comparsa del Subiela. Y el Taleguilla qué te puedo contar: es un animal de carnaval, una bestia. Quién lo vea en el escenario puede creer que es frívolo, pero tú hablas de Carnaval con él y te puede dar siete revolcones: en nombres, fechas, premios… Desde chico ha sido una bestia. Se ha comido las cintas, los CDs, era una esponja. Conozco al Taleguilla desde que tiene siete años. La prueba está en que lo puse de director con 17 años. La gente me decía que estaba loco, pero decía ¡dejarme! Al final no me equivoqué.

Tantos los hermanos Aranda como Rafael Rojano, que salieron con usted, aportan ese sello de Córdoba en comparsas punteras de Cádiz.

Para mí es un orgullo y una satisfacción tremenda. Yo me he vuelto a convertir en aficionado. Antes competía y cuando compites, no eres aficionado. Ahora que no lo hago, vuelvo a disfrutar de las agrupaciones y sobre todo, de las agrupaciones suyas. Por ejemplo me voy a Cádiz para verlos en el Falla. Respecto a Rafael Rojano, este año ha hecho un concurso tremendo. Cuando suena el tenor suena su voz y es impresionante. Si los Carapapas lo hacían bien, este año han dado un salto tremendo. También influye que el hecho de estar allí se aprenden muchas más cosas que cuando estás en Córdoba. En Cádiz ves lo que hay. He ido a Cádiz a ver ensayos de ellos y es otro mundo, una locura. Allí los niños juegan con los play-mobil a hacer comparsas y con 18 años ya son bichos de carnaval.

Veo sobre todo a los míos, sinceramente. Tú ves la estampa de El marqués de Cádiz y Rafael Rojano se desmarca. La forma de estar, nosotros eso lo hemos aprendido con mucho respeto. Lo mismo te puedo decir de Manolo. A mis grupos les exigía cantando tanto dentro como fuera. Si eres artista en un teatro, también debes serlo abajo. Cuando la gente te vea, puedes ser todo lo chufla que tú quieras que te siguen y por eso debes comportarte. Ellos lo hacen al dedillo. Los gaditanos lo tienen más asumido, como más chufla, pero nosotros como hemos tenido ese respeto, pues también se les nota.

Prueba de ello son sus concursos infantil y juvenil.

Ha estado en peligro estos últimos años pero ahora parece que se están recuperando. Es lo normal.

¿Suele hablar con ellos?

Con los hermanos Aranda si no es a diario, nos llamamos todas las semanas e incluso cuando ellos están aquí, nos vemos. Y con Rafael Rojano también nos llamamos mucho, como el fía que actuaron tras desearle suerte.

Otras comparsas que han destacado son Los molto contenti y Los molto contentiLa tómbola

La tómbola fue espectacular. Yo la hubiera puesto más arriba del puesto en el que finalizaron. Esta agrupación ha hecho cosas que después de ellos las podrán hacer. Aunque no lo reconozcan, en la retina les quedará presente ese recuerdo de la comparsa de Córdoba. Hubo un año en el que nos quedamos fuera del concurso porque decían que no nos inscribimos a tiempo pese a que teníamos el sello del patronato, entonces Juan Carlos Aragón nos comentó que eso era una injusticia y se alió con nosotros. Al año siguiente sacamos Los argentinos y el propio Juan Carlos nos dijo que después de esto no hay nadie que saque un tipo de Los argentinos por muchas cosas como el acento. Claro él no iba a sacar de argentinos, pero sí sacó de uruguayos con Araka La Kana. Sobre todo con los argentinos tienen que pasar muchos años a no ser que sea un grupo fuerte. Aun así, quien saque algo parecido a Los Argentinos va a decir ‘mira, como los de Córdoba’. Y también sucederá con La tómbola. La idea era muy bonita, el traje también precioso y todo lo que venga en adelante y que tenga rasgos de tómbola, siempre recordará a la comparsa de Córdoba. Era una comparsa con un sello y a la gente le gustaba. Hace dos viernes vino Rojano con ocho de Los Carapapa. Me invitaron porque sin saberlo me quisieron hacer un homenaje. Me cantaron la presentación de los argentinos y uno de ellos, Juan, tenía ganas de conocerme. Él me decía que tenía 15 años y se sabía cosas nuestras. Te canta también el pasodoble de Los tontos de la tinta, el de La vieja banda y eran fan nuestras personas que hoy en día son habituales en el Falla.

Te puede escuchar Martínez Ares, Juan Carlos, Quiñones y eran diferentes, pero también escuchaban a la comparsa de Córdoba y eran diferentes. Por qué comparar.

Una comparsa que siempre haya tenido en su recuerdo.

Es complicado, puesto que todas han tenido algo. La primera, Fantasía cordobesa, significó que en mi primer año me llevé un segundo premio. No solo eso, sino que la gente te lo reconozcan. Ese ha sido el mejor premio que me llevado. Un año que me dejó mucho recuerdo fue Tradiciones que ha dejado huella en el 90 por muchas cosas: cosas que me pasaron, el premio en sí… Todas tienen algo, también Viendo la vida pasar, Ilusión que salimos de magos y nos dieron un tercero o Los molto contenti. Esta última fue de las que más relajado he escrito.

También La vieja banda. Eso era magia. Fue el primer año de José con la música y entre él y yo teníamos una conexión especial. En aquel año, yo estaba en mi cuarto y entonces nos comunicábamos por Messenger. Un día me suena y era José y me dijo: ‘Toma amiguete’ (él me llama así). Me mandó una música de la presentación de la vieja banda. La escuché y en 10 minutos estaba hecha la letra. Se la envié y me dijo que estaba perfecta. Parecía que las letras estaban hechas para la música y viceversa. Después de Los argentinos qué te voy a contar. Uno de los recuerdos que tengo es cuando nos reunimos nosotros tres y Rojano. Con las músicas que José me iba enviando, yo con un programa de sonido iba cortando y pegando piezas para confeccionar un popurrí. Me metí en el cuarto a las 14.00 horas de la tarde y las 22.00 los llamé para que se viniera, sin haber comido. Cogí el hielo y perdí la noción del tiempo. Cuando vinieron y se lo canté estaban para morirse, alucinaron. Por aquellas músicas, las letras… Había una magia especial aquel año. Pero me quedaría con todas, todas tienen algo por lo que quedarse.

¿De dónde viene el apodo de ‘El niño de la Piedra Escrita’?

El motivo es porque, aparte de ser de la Piedra Escrita, para mí esa fuente ha sido mi musa. He vivido muchas cosas con La Piedra Escrita. Salía de paseo con mis padres, pasaba por la fuente. Mi padre se paraba en el bar de enfrente y quería agua, el camarero me daba un vaso para que la cogiera de la fuente que estaba fresquita. Mis primeros pasos de salir con los amigos, nos despedíamos en la fuente. Y han sido muchas cosas. Es parte de mi casa y yo le he cantado mucho a la fuente. Yo tenía una máxima y es que cuando el concurso era de letra de pasodoble, me quejaba de que se le cantaba poco a Córdoba. Y yo me preguntaba por qué no es tema obligado cantarle a Córdoba. Y yo todos los años, pasodoble a Córdoba y lo encuadernaba. Además, si te coges todas mis actuaciones en Youtube, siempre, mi pasodoble a Córdoba es el segundo del segundo día. Y cuando cantaba a Córdoba, debía cantarle a la Piedra Escrita y a mi barrio. Y un año, no sé de qué comparsa fue, escribí en un pasodoble algo así como que ‘La Piedra Escrita estaba triste porque nadie te cantaba’. Entonces a alguien se le ocurrió eso de ‘El niño de la Piedra Escrita’. Y desde entonces he convivido con él, quizás por seguir la senda de los gaditanos como con El niño de San Vicente por Antonio Martín, medalla de Andalucía.

No solo le ha escrito pasodobles, sino que ha montado una comparsa y fue primer premio en 2016. ¿Qué supuso ese año para usted?

Ese año fue muy importante para mí. La idea del tipo y del nombre no es mía. Cuando hago una comparsa siempre me siento con ellos (hermanos Aranda y Manolo), incluso para el pregón también me he sentado con ellos. Ellos tienen ya menos tiempo, pero me he sentado con ellos. La idea fue de José, lo propuso en la mesa y al Taleguilla y a Manolo les encantaba pero yo no quería, lo veía complicado, pero ellos me lo negaban. Ellos me decían que esa fuente es de donde nosotros hemos bebido. Lo enfocamos por ahí y al final hice casi una autobiografía. Hice un popurrí cogiendo música desde Mascaradas. Fue muy bonito, sinceramente. Pude meter gente de otros años, de hecho al año siguiente en La comparsa del loco entró gente de La comparsa de Córdoba, pero ese año yo les dije que no porque tuvo el gusto de unir a cuatro generaciones. Junté de la comparsa mía antigua, de La comparsa de Córdoba y de mis sobrinos de una comparsa que se llamaban Los Inmorales. En el caso de Juani, junté a padre e hijo. Eso fue en el 2016, entonces yo venía de padecer un cáncer de laringe en el 2013 que me mermó totalmente, pero también era una forma de demostrarme a mí mismo de que podía hacerlo, podía expresarme y que la gente me entendiera sin tener la voz que tenía antes. Es complicado saber que no vas a poder cantar más, como cantaba. Pero yo no soy de las personas de las que me venga abajo, sino que me vengo arriba y si no puedo cantar con una voz, la canto con otra y si no puedo cantar, lo expreso. Llevo un mes nulo de voz, pero es verdad que no cantaré en el pregón porque no puedo. De lo contrario, hubiera cantado con la poca voz que tuviera.

Volviendo a Piedra Escrita, aquella comparsa me sirvió a mí como ejercicio de superación. A parte de eso, la vuelta fue muy bien aceptada, tuvo mucho cariño de toda la gente puesto cuando que cumples una edad, la gente te mira de otra manera. No es lo mismo que en los tiempos antiguos de la competición cuando había amatistas, castillistas, los seguidores de Paquito Luque… Ahí había un revuelo, pero en ese año sentí mucho cariño. Pese a que la comparsa de Cámaras fue un comparsón, creo que el premio fue merecido porque estuvo bien cantando, escrito, volvía la gente a escuchar mi comparsa antigua que la echaban de menos, su fuerza. Entonces todo aquello le gustó. Igual que al año siguiente Javi Lonene me ganó con todas las del poder. Ese año, con La comparsa del loco, saqué a los míos y sonaba como una mezcla entre lo mío y lo nuevo. También estuvo bien escrita, bien de música -elaborada por José Manuel Aranda en el pasodoble y el popurrí--, pero claro llegó Javi Lonene y montó un espectáculo muy bonito. Hizo las cosas muy bien hechas y se lo mereció.

¿Hay más autores que prefieren escribir en comparsas antes que en chirigotas?

Escribir una chirigota es muy difícil. Es más fácil hacer reír que llorar. Mi talón de Aquiles siempre han sido los cuplés y en los últimos años, los cuplés los hacía Antonio Cobos hijo. Todos los cuplés que yo hago me salen de crítica, no de gracia. Si hubiera que darle algún palo a alguien, lo escribo yo. De eso carecemos en Córdoba, de gracia. Para hacer una chirigota hay que tener gracia. Pero una cosa es hacer gracia y otra es ser gracioso. Hay gente que se hace el gracioso y no tiene gracia. Es muy complicado.

A parte de que para mí es más complicado, para ellos creen que es más fácil. Por eso hay más chirigotas malas que comparsas malas. Hacer una chirigota también lleva sus pautas, se forma de hacer el pasodoble, hacer un estribillo pegadizo. Comerte el coco. Es una moda que se está trasladando a las comparsas. Lo hace Martínez Ares. Si hay algo que debemos agradecerle es que hacía los cuplés graciosos y los estribillos pegadizos. Por eso las comparsas ahora en Cádiz tienden a ser los estribillos bonitos, pero con un componente pegadizo. No puedes quedarte con el primer cuplé y el primer estribillo que te salga. Si quieres hacer un grupo, debes empeñarte en hacer algo en condiciones. Debes quebrarte el coco al menos una vez para hacer una música de pasodoble decente, al igual que otra de cuplé y estribillo. Sinceramente, ya estoy cansado de se abre el telón y haya una comparsa que aparezca con una música que ya hayas escuchado, de montarle cuatro voces bien montadas y tirarlas, pero eso ya está hecho. Y después de hacerte una presentación medianamente buena, escuchas los pasodobles y te preguntas: ¿dónde está la comparsa? Yo no quiere in presentaciones ni popurrí, yo quiero pasodobles en mis comparsas y en chirigotas, cuplés. Una comparsa que no me cante un pasodoble, sobra aunque me haga un popurrí espectacular. Ahí está el problema.

A gente que entiende un poco más se va a la comparsa, intenta montarla, pero también hay muchos osados a hacer una comparsa. Hay personas que se han tirado unos años, después junta a unos amigos y ya escribe y hace música. Ahí viene el fallo de muchas comparsas. Pueden cantar muy bien, pero no te dicen nada porque no hay contenido. Ese es el problema: en comparsas los que más o menos bien lo hacen, pero no llegan a donde deben llegar y en chirigotas, que ellos creen que es lo más fácil, la hacen y sueltan unas tonterías bárbaras que se las tiene que tragar el público y sobre todo los periodistas, como usted, que debe escuchar toda la obra de teatro. Yo puedo salirme a la calle. Y quiero decir otra idea importante: no hay que aplaudir a todo el mundo. La persona que paga una entrada no tiene que aplaudir a todo el mundo.

¿Algún reto que se le haya quedado pendiente?

Me hubiera gustado hacer un coro. Sé tocar la bandurria, el laúd, la guitarra, tengo gente que no me tendría que preocupar. Pero ya es tarde porque hacen falta unas facultades vocales para poder explicar muchas osas, tendría que rodearme de mucha gente y necesitaría mucha ayuda. Una locura mía no debe afectar a tanta gente (entre risas). Por lo demás, he escrito en cuartetos, de hecho tengo un primer premio en el año 1986 con El guía de la Mezquita. Yo era uno de los turistas, de hecho al año siguiente me lo volvieron a proponer y les dije que no a mis compañeros por una sencilla razón: soy muy malo. Pero además pienso que soy mejor que ustedes, así que os aconsejo que no salga. Y en chirigotas también he dado mis pasos, he escrito y he ayudado a montar chirigotas. Tengo segundos y terceros pero no un primero. Pero a mí lo que siempre me ha llenado es la comparsa.

¿Qué puede esperar el aficionado de este pregón?

Sobre todo mucha información. Todos los que han hecho el pregón, de Córdoba, han hecho un pregón de Carnaval pero contando su trayectoria carnavalera. Yo también la cuento, evidentemente porque no se puede desligar una cosa de otra, sino que he intentado que eso sea información de Carnaval, para el que lo escucha, para el que lo sepa e incluso habrá gente mayor que yo, porque me he remontado en la historia, y me dirá que eso no fue así. He tenido que tomar datos de la memoria de la gente. Durante medio pregón daré datos, fechas, gente sobre todo porque aquí hay mucho desconocimiento de nuestra propia fiesta. No la del 1800, que la he estado estudiando porque soy carnavalero, pero me interesa que la gente sepa quién es Rafael Castro. Que han escuchado su nombre, pero no saben lo que hizo. Puede que haya gente que no sepa quién es Antonio Rodríguez. Pues bien, ese hombre sigue vivo y es muy importante para el Carnaval de Córdoba. Importantísimo. Ese hombre tiene en su haber un primer premio regional en Cádiz. La gente no lo conoce, pero yo enseñaré su rostro y contaré lo que hizo por nuestra fiesta. Creo que eso, para un coplero, es una forma de hacer un pregón. No es un pregón de calle. También hablo de ella pero desde la visión de un coplero de lo que deber ser cantar en la calle y cantar copla en un teatro. Muchas veces la calle supone un mal rato para los grupos. Aunque debo decir que he hecho ilegales y me lo he pasado en grande. El pregón va por ahí. También cuento parte de mi vida, de la gente que ha estado conmigo y me despediré haciendo una alegoría al Carnaval para invitar a todo el mundo que acuda a nuestra fiesta.

Actividades como llevar La Salmorejá

Eso es importante. La gente escucha, se presta y le vas avisando de que viene el Carnaval. Pero no creo que sea ni lo más importante, ni lo más necesario. Tengo una visión particular al respecto. Hay un concurso que eso está más que hecho. Todo lo que se pueda mejorar bienvenido sea, aunque ahora no vamos a inventar el concurso. La calle es otra historia.

También opino que los grupos que nos preparamos y actuamos en un concurso importante como es el nuestro, no deberíamos tener la obligación de hacer la calle. Deben hacerla las peñas, los grupos de amigos que se junten en lugar de irse a Halloween se disfracen, verse una vez a la semana para cantar cuatro letras, lo bien que se lo pasarían montándolas, cuando estuvieran cantándolas en una esquinita con la gente y se rieran con ellos… Eso el que no lo experimenta, desconocen el subidón de adrenalina que da eso. Y por eso, una vez que lo conocen, estoy seguro de que repetirían. La calle debe hacerla la gente de la calle. Los grupos pueden ir a divertirse, pero no puedes exigirles. Hay veces que la calle está vacía y los grupos están cantando unos a otros. Eso no es Carnaval. El Carnaval es para la gente de la calle y hay que explicarle que es para que disfruten. La expresión tipo “yo soy capillita o soy antirreligioso” no tiene cabida aquí. Esta es una fiesta más para disfrutarla y si tienes cara de decir algo, pues lo dices públicamente porque te da la gana.

Aunque otro problema es la importancia. Nosotros debemos conseguirla con ingenio. Nuestro espejo es Cádiz, digamos lo que digamos, pero la gente ve de Cádiz lo que ve en la tele, no de dónde nace. Lo que se ve en la tele nace de la calle, y de los niños. Por eso llega dónde es. Como vende, es importante para el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de Andalucía. En el momento que tú vendas, es importante para los políticos, sus votos. Mientras no sea importante, el Ayuntamiento se vuelca como con otra fiesta, pero tampoco le puedes exigir como con otro tipo de actividad como la Semana Santa, la cual mete en Córdoba a un millón de personas. Son hoteles llenos, restaurantes… ¿el carnaval qué llena? Se ve exigir hasta donde puedas llenar, pero sí que se puede contribuir a hacer las cosas mejor.

Por otro lado, el Ayuntamiento hace su Carnaval. El Ayuntamiento está acostumbrado a lavarse las manos en las fiestas. La cabalgata de Reyes la hace la Federación de Peñas. La Semana Santa, la Agrupación de Cofradías y el Carnaval, la Asociación Carnavalesca. El Ayuntamiento da el dinero y cada uno se busca la vida. Pero así no era antes. Antes, la Asociación se buscaba la vida para reunir el dinero de los premios. Se le preguntaba al Ayuntamiento si iba a colaborar, pero como era el que más colaborada figuraba como patrocinador, pero se buscaban los premios y el concurso era independiente al Carnaval. Ahora no, ahora va todo en el mismo saco porque es más cómodo para ellos, la Asociación, pero también se complica la vida porque los grupos protestan porque no se les paga o la subvención no llega porque el Ayuntamiento tarda en dar el dinero. Yo pienso que primero, desligaría lo que es el Concurso del Carnaval. Y la gente de Carnaval que vaya a hacer Carnaval. Después, más que fomentar el Carnaval en los colegios, porque hay talleres al respecto, fomentaría las agrupaciones infantiles. Si algún dinero o subvención que darle a un grupo, se la daría a un grupo infantil. A un hombre que hace una agrupación, no. Porque alguien hace una agrupación porque quiere y puede. Hay agrupaciones que montan unos forillos del carajo, pues eso cuesta dinero. Si vas a Cádiz, los 3.000 euros no se los quita. En Posadas hay una empresa que los hace, pues 1.800 como mínimo debe pagar. ¿Y después va a cantar un escenario por 200 euros? Hay que buscarse la vida con rifas, publicidades, o actuaciones y ese dinero déjalo para fomentar el Carnaval.

Las subvenciones las quitaba. Ese dinero yo lo daría a la calle y a los grupos infantiles. Los grupos que van al concurso, los deberían contratar para actuar en la calle, pero contratados. El concurso lo haría en la calle de infantiles y cuando pasaran por juveniles con una calidad, los metería ya en el teatro. Pero en la calle porque las infantiles arrastran a los padres, familiares y yo daba dinero a eso, para que los grupos vayan bien vestidos, bien cantados, que tuvieran un aprendizaje de guitarra, puedan comprar instrumentos. Ahí sí que se debería invertir el dinero.

El Pasacalles del Puente está muy bien hacerlo porque hay allí mucho turismo, pero no debemos olvidar que nuestra base es la calle Montero, San Agustín. Y el Carnaval es lunes y martes de Carnaval, no cambiar las fechas a la torera. Y si se debe dar algún incentivo para que la gente salga a la calles, se da. Y si es necesario, se llega al Bar Pancho, por ejemplo, y se le da un dinero para que contrate los grupos que quiere que cante en su puerta. Y contratas al que más te guste, por lo que te obligo a que seas bueno. De esa manera se avanzaría lo que es la calle. El concurso está más que hecho.

También se puede potenciar la ornamentación de escaparates. Hacer un premio para el mejor escaparate, peña o bar adornado en la zona de Carnaval. Y en lugar de darle 700 euros grupos a un grupo porque es una miseria, potenciar ese tipo de actividades. Y si alguien es carnavalero, su obligación es salir a la calle y no mendigar. Un grupo se debe gastar el dinero de un disfraz en función del dinero que disponga. Hay que usar también el ingenio. Yo he pintado muchas ropas, zapatos y he hecho muchos forillos. Lo que llevo en mi pregón lo he fabricado yo y también me lo ha pintado José (Aranda) como hemos hecho con muchas cosas nuestras. Podía haber ido a Cádiz y preguntar cuánto me cobran por determinado objeto y me lo hacen, como el tótem que ha sacado este año Martínez Ares. Y les pago, pero no es cuestión. Todo ese dinero que me he ahorrado es una donación que hago a la Asociación Española contra el Cáncer.