Los tiempos que corren son vertiginosos y siempre falta tiempo para hacer todo lo que uno quiere hacer. Como consecuencia de vivir casi al instante, apenas quedan huecos en nuestra agenda para recordar momentos vividos en el pasado. A no ser que sea una reunión familiar o de amigos. Este entorno fue el que se respiró en el Gran Teatro para homenajear a la mítica chirigota de Los bebés, que esta noche ha cumplido 50 años. Medio siglo que ha marcado a numerosas generaciones de carnavaleros cordobeses.

Antes, la segunda semifinal comenzó con otra chirigota infantil. La agrupación de Villafranca de Córdoba Contigo Vibro reafirmó el auge de la cantera cordobesa con dos pasodobles hacia la custodia compartida. En el segundo, quisieron dedicarle un sentido homenaje a su autor, Antonio Cobos Comisario. Su segunda parte del repertorio ya animó al Gran Teatro.

Chirigota infantil 'Contigo Vibro'.

La sesión prosiguió con la chirigota de Los Mayas. Los que dan el biberón al panda y al león interpretaron un pasodoble crítico con la actitud de las cofradías hacia aquellos homosexuales que dedican gran parte de su tiempo a determinadas labores como adornar enseres o arreglar otros enseres. Un trabajo que “para que me sirve si me mandan a los infiernos por ser maricón”. Su tanda de pasodobles la cerraron con un sentido homenaje, el primero, a la chirigota de Los bebés y a su autor, Antonio Navajas Pelos.

Por otro lado, en su primer cuplé contaron su encuentro con una sevillana. Los empleados de esta gasolinera decidieron visitarla y “me recibió con una falda” y tras enseñarle la Macarena, la Giralda y el Gran Poder, “ya tengo bastante y prepárate que te enseñe mi torre de la Mezquita”. En su segundo, explicaron su operación de pendicitis, en la que le pidieron al doctor Pedro Funes que mirase los puntos “para que no le sancionen como el año pasado”. Fueron muy aplaudidos tras su popurrí.

Chirigota 'Los que dan el biberón al panda y al león'.

Y tras el primer premio de chirigotas del 2016, llegó el de comparsas. La comparsa del loco La comparsa del locode Miguel Amate pisó las tablas del Gran Teatro con una presentación de fuerza. “Si quieres ser libre, vente conmigo”. El público le hizo caso y escuchó sus dos pasodobles. En el primero defendió a los homosexuales y le dijo a aquellos que los acusan de ser diferentes, “tienen poco de hombres y son un fracaso”. Su segundo tuvo como protagonista a Felipe González. Al igual que muchas personas, todos cambian con el paso de los años y el cambió porque “se ha olvidado de la gente que sufre y le escupe en su cara”, también de “aquellos que te aclamaron en los 80” y “ha pasado de ser un buen presidente a un desgraciado. Tras dos simpáticos cuplés, su popurrí volvió a ser una reivindicación para el público, al que anima que luche y se enfrente a los corruptos, a aquellos que son capaces de matar por sus creencias o los que hacen negocio con la guerra. “Y luego el loco soy yo”.

La función tuvo una interrupción para homenajear a la chirigota Los bebés. Después de que la Asociación Carnavalesca le entregara unas insignias, componentes de la chirigota de Antonio Navajas hijo Adiós Don Pepito, hola Don José y otras agrupaciones cantaron un pasodoble de la mítica chirigota Las Lagunillas que recordó a Manolete. Una letra que interpretó también parte del público.

Comparsa 'La comparsa del loco'.

El respetable siguió animado durante la actuación de Este año jugamos en casa. Desde su presentación, la chirigota de Fleky, Fae y Marco hizo reír en su repertorio, pero antes lanzó dos pasodobles que combinaron sensibilidad y la dureza de la crítica. El primero trató la problemática del alzheimer con una letra sensible que tuvo como protagonista a su amada. El segundo denunció la actitud de los padres de Nadia, “unos sinvergüenzas que hicieron negocio a costa de las causas solidarias”. Ante esto, “si estuviera arrepentido, devolvería cada euro de ese dinero por escuchar papá, os quiero”.

Sus cuplés, con temática sexual, sacaron la sonrisa del respetable, sobre todo el segundo sobre un loro que chillaba lo mismo que decían las mujeres que estaban con su vecino guapetón. Un buen día, le dijo “cállate loro cabrón”, y el loro contestó “cabrón tú que la que está es tu parienta”. Se despidieron con un popurrí lleno de golpes y tuvo como anécdota que se encendieron varias veces las luces del público.

Chirigota 'Este año jugamos en casa'.

El Gran Teatro se impregnó de rosas para dar paso a la comparsa de Javier Lonene A que te enamoro? Esta comparsa mostró sus encantos de Don Juan cordobés con un pasodoble hacia el público, en el que mostraron lo que consideran como malas artes, como que “viene una de la provincia, vamos a por el bocata que luego va la de mi hermano”. El aficionado “es el poseedor de la verdad, el rey del Gran Teatro”. Antes todos aquellos se creen esa condición, la comparsa le puso como referente a seguir al aficionado Número 1, “un señor de categoría”. En el segundo pasodoble ofrecieron una defensa máxima del andaluz, para que los niños “puedan defenderse de aquellos que hablan de nuestro idioma”.

Sus cuplés volvieron a ser simpáticos, mientras que su popurrí mostró los encantos de Córdoba en las cuatro estaciones del año. Una poesía que combinó una amplia variedad musical y de voces que interpretaron una letra llena de piropos. El respetable les obsequió con una gran ovación.

Comparsa 'A que te enamoro?'

El grupo de Almodóvar del Río de Javier Lonene comenzó una segunda parte con protagonismo provincial. Ya que a esta comparsa le siguió la chirigota de Cañete de las Torres Una chirigota con futuro. La agrupación hizo un pasodoble lleno de ánimo a la juventud y aquellos que no han conseguido su sueño, recordando que “este mundo está lleno de cobardes que no luchan por conseguir su destino”. Su segundo recordó la problemática de Cataluña desde la óptica de una persona que siente catalán y español, por lo que el día que sea independiente, “me sentirá esclavo de mi propia gente”. En su segundo cuplé recordaron la apuesta del jurado con la quiniela. Como fallaron, ellos apostaron por la bonoloto, le dijeron los número del día 24 (Gran Final), y “si tú quieres vengo y te canto el bombo”. Fueron muy aplaudidos tras su popurrí.

La penúltima actuación de la noche correspondió a la comparsa de Puente Genil Ánimas. Esta agrupación cantó un primer pasodoble junto a un niño que llegó al cielo por culpa de la guerra. Era un niño “que no tuvo culpa de haber nacido en Siria”. Mientras que su segundo lanzó un mensaje al malogrado Fidel Castro, pero le recordaron que “si vuelve a nacer el que nació de pie, bailaría sobre tu tumba hasta el mismísimo Che Guevara”. Cerraron con un popurrí que con unas voces que, combinadas con la oscuridad y la única de sus candelabros, dejaron una ambiente propio de una capilla recóndita. En su final se acabó la oscuridad para dar paso a la luz de un alma que clama al cielo y se despidió con fuerza. “Abre la puerta, que soy un alma que clama al cierlo y esta noche purifiqué mi alma”.

Chirigota 'Manolo para los amigos'.

La función se cerró con el genio y el arte de La Califa. La artista que representa la chirigota cañetera Manolo para los amigos mostró su lado crítico hacia la situación de los inmigrantes, cuyas ilusiones de llegar a la orilla “se van al fondo como la basura”. Y al final, solo “su cuerpo sale en las noticias”. En su segundo reafirmaron su amor hacia Córdoba “olvidándose” del premio de 500 euros que dará la Carnavalesca a la mejor letra a la ciudad cordobesa.

En la segunda parte de su actuación sacaron dos cuplés que hicieron reír, sobre todo el segundo. En preliminares hicieron una promesa a la radio y le traería una peineta de La Califa, cuando “ahora lo que pega es Semana Santa y te traería un candelabro de la comparsa Ánimas”. Pero por si la cosa se complica, “confórmate con este sombrero de comparsista”, tras coger los capitales de las columnas del atrezzo. Su popurrí dejó puntos de humor para despedir el público.