Don Carnal ya está en Córdoba. Tras un año convulso en el seno de la Asociación Carnavalesca, con cambio de directiva incluido, la 35ª edición del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas ya está en marcha. Una vez más, el certamen de coplas vuelve para expresar la crítica social del pueblo, de los ciudadanos hacia los temas más candentes de la actualidad.

A lo largo de esta primera función, el ambiente en el Gran Teatro tuvo altibajos. Una primera preliminar que comenzó con la actuación de la chirigota aguilarense Este año nos salimos de la órbita. Bajo el tipo de planetas del Sistema Solar, esta agrupación fue la primera en recordar el papel que ha jugado el PSOE en la última investidura de Mariano Rajoy.

Le prosiguió la primera comparsa del concurso. Desde Sevilla, las gaviotas de Los vigilantes se preguntaron por qué ganó Rajoy a pesar de ser «uno de los que pagaste la Universidad con lo poco que ganabas» o «trabajaste como un esclavo para llenar la barriga de un empresario».

Con un tipo de defensor de los animales, la chirigota astigitana Los que defienden los cuernos animaron a la juventud a que luche por sus derechos «ante un gobierno que va a maltratarte». El primer cuarteto del concurso, Dos reales y pico, enseñó una versión particular de la relación entre los Reyes Católicos, que hizo agradar al respetable. El ecuador de la función lo puso la chirigota de Fleky, Fae y Marco. Desde el sofá de su casa, los componentes de Este año jugamos en casa hicieron gala de su lema: «fútbol y sofá». En su primer pasodoble subrayaron el papel que juega la provincia en el concurso, mientras que tanto en su tanda de cuplés como en el popurrí recordaron numerosas anécdotas con su mujer para intentar disfrutar de su pasión sin que ella se entere.

La segunda parte de la sesión comenzó con la comparsa Color Esperanza. La agrupación marbellí llenó de positivismo el ambiente con letras reivindicativas, como en su primer pasodoble, en el que pidieron ignorar a aquellos «que quieren hundirte» y dejarlos que «sigan con su fracaso». Tras unos mensajes llenos de moral, llegó el ingenio de Andrés Losada con su chirigota Los abogaos de pobres. En su repertorio ligado al tipo, la agrupación presumió de defender al pelotas, al jurado o, incluso, al «ruido de la Termomix cuando termina de cocinar».

La última comparsa de la noche vino desde Belmez. Orquesta Carnaval quiso recordar a aquellos autores de la fiesta que no tuvieron un homenaje en vida y la chirigota Los que dan el biberón al panda y al león cerró la función. Desde su gasolinera, el grupo de Los Mayas mostró su amor hacia Córdoba.