El segundo domingo de concurso acogió una tercera semifinal que registró una media entrada en el Teatro Góngora. La tercera semifinal, en definitiva, supuso la última oportunidad para que las siete agrupaciones en cartel mostraran sus credenciales para estar en la final.

La Chirigota 'Los mayas tienen la culpa'.

Así, la chirigota Los mayas tienen la culpa alzó el telón con dos pasodobles encadenados hacia una de las protagonistas de este Carnaval: la pregonera Carmen García Koski. El primero reivindicó su papel en la fiesta, “una mujer luchadora”. Mientras que el segundo tuvo su parte cómica, que sacó la risa tanto de la propia pregonera como del respetable, aunque se lo cantaron “sin envidias, sino por el cacho que me metiste el año pasado”. Tras esta agrupación, llegó la comparsa de Peñarroya-Pueblonuevo Los ingeniosos.

Comparsa 'Los ingeniosos'

Estos artistas callejeros dieron un toque distinto en su letra dedicada a Córdoba, esa ciudad de la que “nunca podré olvidarte” por “labrar el futuro de mis hijos”. En su segundo pasodoble también dieron un giro de 90 grados. Criticó a aquellos pederastas que almacenan imágenes de niños desnudos, pero lo hicieron desde la óptica de un niño “que ve a su padre como un héroe al estar siempre en su despacho, pero en realidad ese héroe es el villano”. Su popurrí sirvió para refrendar su potencia vocal, así como la sensibilidad y la técnica de Rubén Corvillo a la guitarra.

La Chirigota 'Es mucho arroz tan poco pollo'.

La tercera agrupación de la noche fue la chirigota Es mucho arroz pa tan poco pollo. Sus pasodobles tuvieron tono crítico hacia el presidente Rajoy y a todos aquellos jóvenes que “solo piensan en los piercings y triunfar jugando al fútbol o salir en Mujeres, hombres y viceversa”. Por eso “chaval, si no valoras a tu padre, es el mejor ejemplo que puedes tomar”. En su segundo cuplé hablaron sobre un amigo que les consigue cosas baratas por Internet, incluso “un piso por 200 euros con cochera, aunque habría que ir en coche a la playa… porque me lo alquiló en Alcolea”. Cerraron su actuación con un popurrí lleno de anécdotas sobre un día de perol, ya sea con el niño o el típico cuñado que está todo el tiempo sentado.

La Comparsa 'Pasen y vean'.

El ecuador de la función lo puso la comparsa cordobesa de Marcos Monje y Suso Pasen y vean. Esta agrupación mostró sus credenciales para estar en la final con dos pasodobles de mucha sensibilidad, sobre todo el segundo. Con una letra llena de sentimiento, uno de sus autores, Marcos Monje, quiso recordar a su malograda madre y también le pidió perdón “por haber sido un cobarde y no haberte escrito antes este pasodoble”. Tras una simpática tanda de cuplés, el popurrí de esta elegante comparsa recordó a figuras relevantes de la cultura cordobesa como Séneca, Vicente Amigo, Francisco Salcedo y sobre todo, Rafael Castro, autor del mítico pasodoble Soy cordobés.

Desde Pozoblanco, los santos de la chirigota Con la iglesia habéis topao volvieron a abandonar su parroquia para visitar al público, ya que “ustedes a la iglesia vais poquito”. En su primer pasodoble pidieron a Dios “que perdone a este mundo de locos” ante el “loco” que ha provocado la muerte de Diana Quer y casi “caza” a otra víctima gallega que pudo salvarse. También a La Manada, que cuyo primer caso de violación se produjo precisamente en Pozoblanco. Un problema para estas dos muchachas, que “no saben si es mejor vivir juzgado”. Su segundo pasodoble fue un mensaje directo para Susana Díaz, una “rosa que le reportaba fama y dinero a costa de un pueblo que la consideraba una diosa”. Pero, “España la tenía calada y esa rosa seca tuvo que volverse a su tierra, donde por desgracia sigue mandando”. Su tanda de cuplés y sobre todo, el popurrí, hizo reír al respetable con simpáticos chistes.

La penúltima actuación de la noche corrió a cargo de la comparsa de Pablo Castilla La tartana. La compañía de titiriteros de Pablo Castilla paró por segunda vez en Córdoba para mostrar un repertorio cargado de crítica y potencia vocal. Así en su primer pasodoble trataron la problemática del acoso escolar con una letra muy sensible sobre un niño que confiesa “que te quiero mucho, pero entre cuadernos y libros el momento de estudiar se ha convertido en un sufrimiento y no puedo más”. El remate de esta letra fue muy emotivo, pues el niño decidió “marcharse al cielo con el abuelo”. Su segundo pasodoble fue una bella poesía hacia Córdoba. Su popurrí sirvió también para denunciar “las injusticias y pamplinas” que aparecen a diario. Cuartetas que completaron una gran actuación y con la que quisieron convencer al jurado para volver a parar en la ciudad cordobesa el próximo viernes.

La Chirigota 'Un gaché mu cordobés'.

La chirigota de Gregorio Canto Un gaché mu cordobés Un gaché mu cordobéscerró esta penúltima semifinal. Lo hizo con dos pasodobles cargados de sentimiento. El primero era la “misión más difícil” de estos inspectores, pero “si al terminar mi actuación te veo una sonrisa, tengo mi misión cumplida”. Mientras que su segundo tuvo como protagonista la malograda madre de uno de sus componentes, una letra que los integrantes de esta chirigota cantaron por arriba. Durante su actuación hubo dos gorros de Las brujas del caralibro, la chirigota femenina de la que también res autor Gregorio Canto. Con sus cuplés y el popurrí echó el telón una función que era el preludio de la noche de cuchillos largos, la más difícil del jurado.