La función tuvo un comienzo vintage con la chirigota de Espiel Los Avespaos del 69. Desde Espiel, los chirigoteros de Ángel Nevado recordaron a los presentes la vida de los jóvenes de finales de los 60 en sus motos Vespa. En su primer pasodoble reivindicaron la figura de la juventud pues “no somos unos balasperdías” y tenemos nuestras preocupaciones. Remataron la letra con una proclama de su chirigota: “Seguiré en la carretera, con mi chirigota, que es mi familia”. Cerraron la tanda con un mensaje de amor hacia Córdoba. Comenzaron su tanda de cuplés con una visita a la ruta de la Córdoba Misteriosa, en la que vieron una figura que tenía mucho misterio, pero “era mi suegra bajando la basura”. Por otro lado, el segundo hablaron de su robot rumba. Ambos fueron rematados con un estribillo picantón. Cerraron su popurrí con cuartetas de humor que evocaron a maneras de divertirse de la época como ir de pic-nic o una comparativa entre la ropa de aquellos años y la actual. Ambas sacaron las primeras sonrisas de un respetable muy animado.

La chirigota de Espiel 'Los avispaos del 69'. FGC

La función continuó con el humor merced al cuarteto Se armó la revolución. El grupo de Santa Cruz regresó tras su primer premio del 2017 con una taberna típica andaluza en la que solo entraban dos personas mayores, aunque pocos después llegó Pancho Villa con otro mexicano para emprender una revolución. Su parodia tuvo diversos puntos de humor, como una cuarteta sobre noticias o vinculadas al carnaval cordobés, como la taberna que el día de su boda cantó el Taleguilla, “pero en Sevilla”. También tuvo otros puntos de humor sobre otros temas. La parodia terminó con Pancho Villa pidiendo tanto a los ancianos como a la tabernera que se uniera a su casa, esta última como Agustina de Aragón, aunque ella no quiso eso “porque dicen que Agustina de Aragón murió por heroína”.

Su tanda de cuplés comenzó hablando de un sobrino que “era un prodigio, pero que ha estado cuatro años en Primero de ESO” y ahora “lleva cuatro meses limpiando platos en Alemania”. El segundo trató sobre la situación política y tocaron diversos aspectos, como el partido VOX, del que “siempre he creído que era mi diccionario” o Podemos, que si llegan al poder no robarián, según ellos, “porque solo tienen un Monedero”. El tema libre también tuvo diversos golpes que hicieron reír al público, como el piropo que echó uno de los mejicanos a la tabernera: “me gusta esa delantera… que si tuviera el Córdoba estaría en Primera”. Cerrando con la situación política y la afluencia de VOX, Pancho Villa dio opciones: “cantar en Carnavales o cantar cara al sol”. Actuación notablemente reconocida por el público.

La tercera agrupación de la noche vino desde Sevilla. La chirigota Este año no salimos de cashondeo se presentó desde la caja del supermercado Cash Ondeo y contaron sus impacientes espera para salir del supermercado. Su primer pasodoble analizó la situación política actual combinada con el pasotismo existente, según la agrupación, a la hora de votar. El segundo analizó la problemática de la inmigración a raíz de la propuesta de Vox de expulsar a los inmigrantes. Analizaron “su cruda realidad, en la que llegan a nuestras costas pagando a mafiosos o cobran una miseria” y achacaron a sus votantes “el aumento de la crudeza de su día”. Simpáticos cuplés, sobre todo el segundo de temática sexual, en el que “llevo intentando sacando el pito, más que veces a Franco del panteón”. Su popurrí tuvo toques simpáticos sobre diversas anécdotas en la cola de un supermercado.

La chirigota de Sevilla 'Este año no salimos de cashondeo'. FGC

La primera comparsa de la noche fueron Los mequetrefes. La agrupación de los hermanos Cobos mostró su estilo desenfadado desde primera hora, con una presentación muy melódica y coral para mostrar el espíritu de lucha del obrero de clase obrera que no pinta nada entre las élites poderosas. Arrancaron su tanda de pasodobles con una carta de amor hacia Córdoba y su fidelidad y “aunque me vaya fuera una noche, aquí me tienes sultana porque a este mequetrefe no lo van a matar”, en referencia a su participación en el Falla de Cádiz. Su segundo pasodoble fue una dura crítica hacia la clase política, recordando el espíritu andaluz “la dignidad por la que lucharon nuestro abuelos y que ahora se ha perdido”. Agradable tanda de cuplés, sobre todo el segundo sobre sus Reyes, entre los que recibieron un reloj inteligente que le mide todo, pero “el otro día en faena no me lo quité… y el rendimiento se lo apuntó a mi parienta”. Cerraron la tanda con un estribillo en el que pidieron una sonrisa, suficiente para dejar de ser un mequetrefe y “convertirme en un mandamás”. Su popurrí estuvo marcado por el estilo característico de las primeras comparsas de Miguel Amate, pregonero del Carnaval de este año, con unas voces conjuntadas y su música le daba un compás clásico y con mucha importancia de los coros. También lanzaron muchos mensajes llenos de positivismo. Su final puso en pie prácticamente todo el Gran Teatro.

La comparsa de Córdoba 'Los mequetrefes'. FGC

La chirigota regresó con la agrupación de Daniel Moriana. Con Los catedráticos, estos cocheros de caballos de la Mezquita-Catedral defendieron su segundo premio del 2018 con un estilo animado y su repertorio vocalizado, sus sellos de identidad. Llamó la atención su puesta en escena, ya que en el carruaje iban turistas chinos e incluso sus caballos ‘caminaban’ por las tablas del Gran Teatro. Su primer pasodoble fue un poema a Córdoba y mostraron su amor hacia su tierra, “por la que mi chirigota siempre estará”. Su segundo pasodoble fue una crítica hacia el gobierno municipal enfocada hacia la cabalgata de Reyes, “cuyos caramelos son un puñal para nuestro pueblo” y consideraron miserable “utilizar una cabalgata para hacer campaña”.

La chirigota cordobesa 'Los catedráticos'. FGC

La segunda parte de su actuación comenzó con un cuplé sobre el día que se ligaron a una hippie con la que quisieron consumar, pero que al final “quedaron encandilados con el bello de su melena”. En cambio, su segundo recordaron el 20% de los premios de lotería que le corresponde a Hacienda. Un día “me tocó un mojón gigante, y entonces, como buen contribuyente, me fuie a Hacienda, me bajé el pantalón y dejé allí mi 20%”. Su popurrí tuvo diversos puntos de humor como su particular Padre Nuestro cordobés, en el que “santificaron los peroles” y “líbranos del pan… bimbo” o sus explicaciones sobre los monumentos de la ciudad. Ambos hicieron reír al respetable y su final de pellizco redondeó una actuación muy aplaudida por el público.

El ecuador de la función lo puso la comparsa de El Carpio Faroleros. La agrupación de La Mosca mostró sus trucos de farolero, de jugar con la mentira y el virtuosismo. Con un tipo muy colorido y elegante, esta agrupación lanzó una carta de amor en su primer pasodoble hacia Córdoba, pues solo “quiero cantar mi pasodoble para decirte que te quiero”. Su segundo pasodoble fue una letra muy sensible en contra de la violencia de género. “Tras media vida mintiendo y otra fingiendo, quiero ser libre un 8 de marzo y tras tanto sufrimiento, decir por primera vez que no tengo miedo”. Así terminó su primer pasodoble. Su tanda de cuplés estuvo enfocada hacia la educación de sus padres y el dicho de “cuando seas padre, comerás huevos” y el segundo sobre el brocolí y su mal olor. Ambos fueron rematados con un estribillo en el que “te hablo desde el corazón, y eso sí que no es un farol”. En su popurrí contaron todas sus historias, entre ellas su conversación con Donald Trump: “quien cojones lo votó”. Letras muy reivindicativas para hacer reflexionar a un público que supo recompensar su actuación.

La comparsa de El Carpio 'Faroleros'. FGC

La segunda parte de la función comenzó con la chirigota femenina Y me quedé tan pancha. Estas mexicanas de armas tomar emularon al ejército de Pancho Villa con un disfraz muy colorido. En el primer pasodoble fue su carta de amor hacia el Carnaval, mientras que en el segundo defendieron el papel de las mujeres que salen en la fiesta popular, que define como “mis compañeras más guerrilleras”. Al final de su actuación reivindicaron la lucha feminista con una pancarta que rezaba ‘Ni una más’.

La chirigota de Córdoba 'Y me quedé tan pancha'. FGC

La siguiente comparsa vino desde Almodóvar y fue otro de los platos fuertes de la noche. Se trataba de la agrupación de Javi Lonene Qué bonita se te ve, que desde el aire mostraron sus coplas hacia Córdoba. Este grupo de aviadores mostraron su potencia vocal con una presentación llena de fuerza para decir a Córdoba “qué bonita se te ve desde aquí arriba”. Desde primera hora, esta agrupación mostró también su fuerza crítica. En primer lugar lanzaron su misil hacia la clásica política y el trato que recibe “mi Andalucía”. Mientras, en su segundo pasodoble apuntaron hacia el fanatismo que rodea al Carnaval y, sobre todo, a la comparsa. “Aunque me critiques en las redes, volvería a actuar en el Falla; lo poquito que tengo lo he perdido y lo he ganado aquí; pero de lo único que me arrepiento es de escribirte, venir a cantarte Córdoba y no decirte que te quiero”.

Su tanda de cuplés comenzó hablando la preparación seria de las comparsas, pues “los segundas fuman puros para tenerla voz más grave” o los octavillas “hacen esgrima para practicar las posturitas; hasta Carrillo ha ido a Turquía y presume de su melena”. En el segundo hablaron sobre sus entrenamientos en el aire, en los que Lonene disfruta de todas las vistas, aunque sus componentes le recordaron que mirase arriba “para ver los cuernos que te pone la parienta”. Cerraron el repertorio con un popurrí lleno de energía, entre los que figuró también un solo de Javi Lonene. También lanzaron sus bombas en forma de serpentinas para generar conciencia. El Gran Teatro despidió a este grupo con una sonora ovación y al grito de comparsa.

La comparsa de Almodóvar del Río 'Qué bonita se te ve'. FGC

El último tercio de la función comenzó con la chirigota Los fieras. La agrupación de Los Papas se presentó como la banda más callejera, “el rey de la calle”. Pero pisaron el Gran Teatro para “piropearte y aunque no tengamos gracia, lo único que quiero es decirte que te quiero”. Bajo la autoría de Curro y Tomate, abrieron su tanda de pasodobles declarando su amor a Córdoba con el ritmo del “pasodoble sencillo”, del compás del 3x4. Su segunda carta de amor en forma de pasodoble fue para Andalucía y Córdoba, pero con la necesidad “de luchar por nuestra tierra” y no dejarla atrás. Su tanda de cuplés comenzó con un juego interactivo entre la sultana y la alcaldesa, que “son iguales de feas”, mientras que en el segundo hablaron de su chiquillo, “que quiero que salga y que haga cualquier cosa, menos ir a la grada de El Arcángel para suicidarse”. Los remataron con dos estribillos de distinta letra. Su popurrí ameno tuvo puntos, como se dice en Carnaval, de “poca vergüenza” que sacaron la sonrisa del público presente en el Gran Teatro ya entrada la madrugada.

La chirigota de 'Los Papas' de Córdoba 'Los fieras'. FGC

La penúltima agrupación de la noche vino desde Granada. La comparsa femenina La divina comparsa se presentó a oscuras con unas voces conjuntadas y una suave melodía. A medida que avanzaban en su presentación, estas diosas del Carnaval dieron sus primeros pasos en este certamen describiendo la formación del Carnaval, similar a la de su grupo. Su primer pasodoble estableció un paralelismo entre la creación de su comparsa y el nacimiento de la vida. Letra muy poética y cantada con dulzura, un detalle muy presente en su repertorio. En cambio, su segundo fue una crítica hacia la situación de los inmigrantes que “se juegan la vida para llegar a España”, una problemática que toca mucho a la tierra de la que procede esta comparsa, pero que esta agrupación mostró en forma de copla. “60 personas como yo danzando al son del mar para llegar esa tierra prometida”. Cerraron el pasodoble dando su reconocimiento al barco Acuarius que llevó a decenas de inmigrantes a nuestro país.

Simpático primer cuplé sobre el trauma que supuso su ruptura. “Dicen que es bueno el chocolate para olvidar, aunque ahora el chocolate se derrite en el conejo”. El segundo estuvo encadenado, pues trataron sus diferencias ideológicas con su novio actual. Agradable tanda que se cerró con un estribillo alegórico hacia la fiesta, puesto que “en febrero soy tu destino”. Cerraron su actuación con un popurrí marcado por la sensibilidad con la que interpretaron sus cuartetas, todas muy afinadas, mezcladas con solos dignos de de este concurso. Un repertorio que cayó bien entre el poquito público presente a las 02.00 de la madrugada.

La comparsa de Granada 'La divina comparsa'. FGC

Aunque poco después se conoció que el jurado ha descalificado a esta comparsa debido a que incumplieron las bases del concurso. En esta actuación hubo 16 componentes cuando el máximo establecido en la modalidad es de 15.

Cerró la función la chirigota de Los Mayas Los maletillas. La agrupación cordobesa llegaron al Gran Teatro después de los hayan echado de su casa por culpa de las fiestas del Carnaval. Su primer pasodoble trató al problemática que sufren muchos padres divorciados o separados a la hora de ver a sus hijos, a su “ángel de la guarda” cuando cae la noche. Para su segundo pasodoble le dieron la vuelta a su tipo. Se disfrazaron de mujeres para contar la problemática de los divorcios desde el punto de vista de la mujer, que “ahora en carnavales cogerá su maletilla y espero que sea feliz, pero desde que se ha ido he vuelto a la vida”.

La chirigota cordobesa de 'Los Mayas', 'Los maletillas'. FGC

Tras estas letras, dieron paso a su tanda de cuplés. En su primer cuplé contaron el día que ligaron con una ciega, “que estaba caliente porque tenía el chocho en la vitrocerámica”. Mientras que en el segundo hablaron sobre el perro “muy perro” que se compraron para ir de cacería. En su popurrí narraron su día a día desde que están fuera de casa. Para terminar, estos maletillas pidieron “que les abrieran la puerta por Carnaval” y el Gran Teatro echase el telón a las 02.33 horas.