Un chirigotero solo podía salir de la gala matinal de ayer en el Gran Teatro de una forma: con el corazón encogido. Así que para evocar más recuerdos carnavaleros… ¿Qué rastro seguir? De entrada, el bulevar del Gran Capitán no ayudaba. En lugar de la carpa carnavalesca, el gran mentidero donde escuchar a propios y extraños y apostar por qué agrupación pasaría a la siguiente fase, estaba el Ecomercado. Nada que oponer a ello, faltaría más, ni quitarle mérito a la pinta de los panes de masa madre o el tomate ecológico. Pero… decididamente, no. No era lo mismo.

¿Dónde ir? ¿Quizá hacia el Puente Romano y a la Ribera que en los últimos años se han propugnado como claves en la fiesta, comenzando incluso a ser un reclamo turístico? Pues tampoco. Bastaban unos pasos en la Judería para darse cuenta de la desolación de la zona en estos tiempos de pandemia. Busquemos algo más seguro por la vacía calle Alfonso XIII, al menos para rendir tributo al Círculo de la Amistad, que era hace un siglo el no va más de las élites con su baile de Carnaval Carnavalen aquella fiesta de rondallas y orquestinas tan distinta a la actual. Luego, frente al Ayuntamiento, era toda una ironía para los más veteranos: cuando el Carnaval estaba prohibido con Franco, si cruzabas por aquí con el rostro tapado había multa y un buen pescozón. Y, sin embargo, ayer…

Tampoco estaba muy carnavalera la plaza de La Corredera. De hecho, donde tradicionalmente más gente se ha concentrado disfrazada y con el rostro tapado es en estas fechas donde más gente hay en un espacio público cordobés sin mascarillas gracias a sus terrazas. Y eso que no está ni mucho menos el aforo cubierto.

Había que ser resolutivo: ir directamente a la calle Montero y a la plaza de San Juan de Letrán con la esperanza puesta en el bar Millán, el último rincón carnavalero de Córdoba con Antonio y Alfonso Millán, más irreductible que la aldea gala de Asterix y Obélix ante los romanos. La animación de los parroquianos en la terraza ya reconfortaba y ver todos los carteles del carnaval en la pared evocaba vivencias auténticas. «Incluso, sobre las 4 de la tarde, algún día no hemos puesto una antología de El Selu», decía ayer Antonio. Alfonso, incluso, pide recuperar aquellos concursos infantiles y otros nuevos eventos para un carnaval popular… Lo justo que necesita un chirigotero para saber que el Carnaval, aunque no se celebre el 2021, está bajo su piel y la de la ciudad a poco que se busque.