La chirigota de José Vacas regresó a un escenario tras dos años sin hacerlo. Aunque, en esta ocasión, su vuelta a unas tablas ha sido en el lugar más anhelado por todo carnavalero: el Gran Teatro Falla de Cádiz.

Con Esta chirigota huele a primero, la agrupación cordobesa ejecutó una actuación muy vinculada al tipo, puesto que cualquier padre sabe que es toda "una aventura" estar al cargo de su primer hijo. Todos esos detalles los explicaron en su presentación, pero sobre todo en un popurrí que tuvo diversos golpes que hicieron reír al respetable.

Antes, su tanda de pasodobles presentó dos letras hiladas a su tipo. Así, en el primero relataron toda la aventura que vivieron durante una noche padre e hijo, pero que siempre las recuerdan con una sonrisa al término de la mañana. Mientras que en el segundo, de mayor sensibilidad emocional, apuntó a la situación que viven muchos matrimonios que pasan por un divorcio. Por ello, estos padre chirigoteros quisieron contarle a sus hijos las enseñanzas más importantes de la vida, pero "cuando tengas 18 y debas elegir tu voto, elige siempre a tu madre".

Su tanda de cuplés tuvo letras marcadas por el ingenio. Hasta el punto de que en su primer cuplé no sabían a qué cantar: si a las ballenas, "puede molestarse alguien de Greenpeace" o si es a los perros, "se molestan aquellas familias cuyo perro figura en el libro de familias". Al final, "se lo hago al chocho de mi hermana que es familia y no se molesta". En el segundo recordaron su "sequía amorosa" con "su mujer en la cuarentena". Por ello, tuvieron que ir a un experto a mirarle sus testículos: "Me dijo que los tenía inflamados y el día que explote, llame al 112", apuntaron estos padres que remataron el cuplé apuntando que "tendrá que ir Rafa Nadal a recoger las inundaciones". Su estribillo tuvo lanzó un mensaje positivo, pues "si tienes muchos avatares en la vida, vive; si tu mujer te manda a hacer muchas cosas, vive; pero si el niño a las cinco de la mañana llora un montón, biberón":

Por último, el popurrí hizo reír al público con cuartetas sin salirse del tipo y numerosas anécdotas, como la diferencia "mínima" entre la cama o el sofá o "el paso del sillón a la silla del paritorio, que no tiene respaldar, por lo menos allá en Córdoba". También le quiso avisar a su niño de que "yo distinguía los tipos de baile, aunque cuando tengas 18 me veas con el mismo baile independientemente de la canción". Su final fue muy sentío para rematar una actuación reconocida por el público presente en el templo de los ladrillos coloraos.