El interés mostrado en estas últimas semanas por el patrimonio histórico-artístico egabrense, no es algo común, ya que este tipo de cuestiones siempre pasan desapercibidas hasta que no ocurre algo fuera de lo normal o salta a los medios. En este caso, la polémica y el interés que ha causado en la opinión pública por la posible o no alteración de estos elementos patrimoniales egabrenses, debe de servir no sólo para quedar en una «serpiente» de verano, sino para poner de relieve que el patrimonio, es un bien común a conservar.