El hospital Infanta Margarita llevó a cabo un simulacro de emergencia y evacuación en el que participaron unas 30 personas entre profesionales de distintas categorías, así como agentes externos.

Las actuaciones emprendidas fueron coordinadas por la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales y tuvieron como objetivo la identificación de puntos de mejora en las pautas de actuación en caso de emergencia interna dentro del centro, así como la de mejorar el nivel de integración y de coordinación de todos los agentes tanto internos como externos, implicados en la respuesta ante una situación real.

El objetivo del Plan de Autoprotección del centro es dar respuesta a distintas situaciones de emergencia que puedan producirse, como inundación, incendio, o terremoto, entre otras; así como marcar las pautas de actuación en casos de emergencia interna, de modo que las secuencias de respuesta estén aprendidas y mecanizadas para que no haya dudas en su ejecución.

Una vez concluido el simulacro, los responsables del equipo de coordinación, junto con el resto de participantes, celebraron una reunión para valoración y preanálisis de incidencias, que tiene como finalidad obtener información muy valiosa para un posterior análisis más detallado de las secuencias desarrolladas durante el ejercicio.

En base a la normativa vigente aplicable y como marca la ley de prevención de riesgos laborales, los simulacros de emergencia se han de realizar de forma periódica y al menos de forma anual en centros como el hospital Infanta Margarita, para ello cada año diversos profesionales del Área de Gestión Sanitaria Sur de Córdoba reciben formación a distintos niveles sobre las actuaciones a realizar en caso de emergencias como la tratada en esta ocasión

Previamente y de forma paralela al desarrollo del ejercicio, la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales aplica un protocolo encaminado a minimizar cualquier riesgo asociado al mismo, con objeto de evitar sucesos adversos no deseados. Lo que puede parecer un simple ejercicio, conlleva por tanto un intenso trabajo en las semanas previas de intercambio de información, coordinaciones, solicitud de permisos, etcétera. que culmina con el desarrollo del ejercicio en las mejores condiciones posibles de seguridad tanto para profesionales, como para los usuarios del centro, interfiriendo lo mínimo posible en el normal funcionamiento de este.