La imagen de María Santísima de la Sierra regresó en la mañana del domingo 8 de octubre a la Casita Blanca, a donde llegó pasadas las 11,15 horas entre centenares de fieles y devotos, en algunos casos esperándola desde bien temprano en los alrededores del santuario enclavado en el mismo centro geográfico de Andalucía, a 1.223 metros de altitud, y en otros parajes, acompañándola en su caminar tras la clásica misa de despedida que los congregó a las 6,00 horas en la iglesia de la Asunción y Ángeles.

Una jornada festiva que arrancaba en la ciudad desde antes de las primeras luces de la mañana para muchos fieles y devotos de la imagen que no quisieron dejar de despedirla bien a lo largo de su caminar por el casco urbano en algunos casos o acompañarla a lo largo de todo el camino de ascenso a la sierra egabrense, en otros.

Una subida para lo que fue ataviada con un manto beige cromado en plata de mediados del siglo XVIII, que hizo por un camino pedregoso y empinado donde un año más volvieron a vivirse momentos y estampas emotivas como en el antiguo paso a nivel, en los cortijos de Góngora y la Salve o en parajes de sobre conocidos como los Colchones, el Peñón de la Beata o la Viñuela., última parada para tomar un respiro y algo de agua, antes de llegar al mismo santuario donde permanecerá hasta el 4 de septiembre del próximo año.

Todo ello tras cantársele la Salve de despedida en la barriada que lleva su nombre y donde a las puertas de la parroquia de San Francisco y San Rodrigo, el alcalde, Fernando Priego (PP), le retiró la vara de mando que la acredita como alcaldesa perpetua de la ciudad.

Barriada donde muchos se quedaron con el deseo de acompañarla en el resto del camino y que hicieron hasta el antiguo paso a nivel en las cercanías del hospital Infanta Margarita y donde las andas que eran portadas por sus costaleros se vieron enganchadas con los cordeles a los cuales muchos se agarraron para ser más fácil la ascensión a los que se encontraban bajo las mismas andas de camino.

Un regreso al picacho tras pasar desde el pasado 4 de septiembre algo más de un mes de estancia en la ciudad, lleno de acontecimientos en algunos casos de carácter extraordinario por la fe que suscita en gran parte del sur de Córdoba y de distintas comarcas del centro de Andalucía.

Así, entre otras, el homenaje que anualmente las cofradías egabrenses a través de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías hacen a la patrona, con una celebración eucarística residida por el párroco de Santo Domingo y consiliario de la Agrupación, Francisco Caballero, en la que las hermandades entregaron una serie de donativos para las distintas Cáritas parroquiales y una ofrenda floral a la Virgen de la Sierra.

También la celebración de la Novena a la Virgen de la Sierra, que en su último día contó con la participación del obispo de la diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, que concelebró la misa con el vicario de la ciudad de Córdoba, el eabrense Jesús Poyato; el párroco de santo Domingo, Francisco Caballero y el párroco de la Asunción y Ángeles de Cabra, José Antonio Cabello.

En los días previos a la subida tuvo lugar la presentación de un nuevo número de la revista «Coronación», que edita la Real Archicofradía de María Santísima de la Sierra, con motivo en esta ocasión de la conmemoración del décimo segundo aniversario de la coronación pontificia de la imagen.

Toda una serie de actos que se fueron sucediendo a lo largo de todo el mes de estancia de la patrona en la ciudad, como entre otros las eucaristías ofrecidas por la asociación de mujeres Sima; por los devotos de Doña Mencía,s Huertas Bajas, Montemayor, Monturque, Nueva Carteya, Luque, Priego de Córdoba y Zuheros y por las Romerías del Comercio y Panadería, Construcción y Derivados, Fe y Familia.

También tuvieron una destacada participación del Centro de Participación Activa de Mayores, las Hijas de la Caridad, la Adoración Nocturna, las Familias con Renovación de la Adopción Espiritual, Catequistas y Enfermos e Impedidos.