Llegaban con la historia escrita. Pero querían más. Y sus caras entre nerviosas y felices mientras entonaban las notas del himno nacional eran un ejemplo de ello. Las Guerreras se habían colado en su primera final mundialista y llegaban para demostrar que no era casualidad. Que tenían la mejor defensa del campeonato y que con ella iban a colgarse su primer oro. Pero no fue así. Se toparon con la Holanda de Wester, Polman y Abbing y cayeron derrotadas por un siete metros en el último segundo (29-30).

El arranque fue esperanzador y presentó las cartas de lo que venia siendo España. Un primer gol encontrando a Ainhoa en el pivote, una parada de Silvia Navarro y una contra tras robo de Shandy pusieron el +2 en el marcador y dejaron a Holanda fuera de juego. Las neerlandesas se quedaron sin ideas en ataque, incapaces de encontrar hueco en la fortaleza española, que se vistió de telaraña y en honor a Kumamoto, la ciudad donde disputaban la final, empezó a construir un castillo impenetrable.

Solo los extremos, como había sucedido ante Noruega, eran capaces de perforar la meta de Silvia Navarro. Sin rastros de Polman y con Tess desaparecida en portería, España logró situarse cuatro goles arriba y forzar el primer tiempo muerto del conjunto neerlandés. Le sirivió a Emmanuel Mayonnade, porque pese encontrar a Silvia en el primer lanzamiento y ver como Ainhoa seguía colonizando los seis metros, el partido entró en una fase que solo convenía a las campeonas de Europa. A las de Viver se les apagaron las luces en ataque, igual que a las neerlandesas. Y con el 9-9 en el marcador tocaba empezar de cero.

Tocaba remar

Entonces, apareció Nerea y tras dos fallos de Shandy, Viver apostó por la magia de Alicia Fernandez en centro. La gallega encontró huecos y provocó la primera exclusión del encuentro. Pero las ‘Guerreras’ no supieron aprovecharlo y se toparon una y otra ver con las paradas de Tess Wester. Así, en el minuto 26, la selección de Polman se adelantaba en el marcador por primera vez. La conexión con Snelder en el pivote y el lanzamiento exterior empezaron a penalizar en exceso a España, que se fue a los vestuarios perdiendo de tres. Tocaba remar. Pero las ‘Guerreras’ estaban dispuestas a ello.

Y así fue. España volvió a reconstruir su ofensa, mejoró en las ayudas al impar y empezó a blocar balones. La mixta a Polman, heroína del encuentro, las paradas de Darly Zoqbi y los contragolpes de Shandy hicieron soñar a las ‘Guerreras’ de nuevo. Esta vez, no querían conformarse con la plata. Por eso, las extremos, desaparecidas durante la primera mitad, empezaron a carburar como lo estaba haciendo la nueva defensa, ahora en 5:1.

A tan solo un gol

España encontró el camino hacia la remontada y tras un pelotazo en la cara de Wester el encuentro pareció ser otro. A un minuto para el final, las de Viver empataron la contienda y forzaron el error de las holandesas. La victoria y el oro estaban a tan solo un gol. El seleccionador no lo dudó y reclamó tiempo muerto, ordenando a las suyas un ataque largo. Quedaban 20 segundos. La gloria estaba cerca. Pero dicen que para ganar finales primero hay que perderlas. Y España no aguantó el temple.

El lanzamiento de Shandy fue a las manos de la guardameta holandesa. A seis segundos del final, las de Emmanuel se encontraron con la roja de Ainhoa por bloquear el saque y un siete metros que acabaría condenando a España, que acabaría colgándose la plata. Han perdido una batalla. Pero son de oro. Porque han sido más Guerreras que nunca.