La selección española tratará de romper el maleficio e intentará colgarse hoy ante Suecia (20:30, Teledeporte) su primer oro en el Campeonato de Europa, su torneo más querido, pero también el más esquivo hasta ahora para sus intereses.

De hecho, sólo Suecia, su rival en la gran final, puede presumir de contar con el mismo número de presencias en el partido decisivo, pero mientras que los escandinavos han ganado las cuatro que ha disputado, España siempre se ha visto privada del triunfo.

La última ocasión hace dos años en Polonia, cuando los “Hispanos” entonces dirigidos por Manolo Cadenas, perdieron por 17--24 ante Alemania en una final en la que el conjunto español nunca tuvo la opción de ganar.

Es una lección de la que tratará de aprender el conjunto español, que presenta hasta siete novedades con relación al equipo que cayó hace dos años en Cracovia, y que llega a la gran final pletórico de moral tras vencer en sus dos últimos partidos a gigantes de la talla de Alemania y Francia, la vigente campeona mundial.

Dos victorias incomprensibles sin el excelente trabajo defensivo desplegado por el conjunto español, un factor que se antoja de nuevo clave para intentar doblegar a una selección sueca, que destaca por la velocidad de su juego.

Olvidadas la numerosas probaturas realizadas por el seleccionador Jordi Ribera durante la primera fase del torneo, la defensa española volverá a estar liderada por la pareja que conforman Viran Morros y Gedeón Guardiola.

Una dupla que no sólo aporta centímetros y kilos al eje del entramado defensivo español, sino también la agresividad y velocidad de piernas necesarias para propiciar los robos de balón con los que alimentar el veloz juego de contraataque del conjunto español.

La defensa contará además con el respaldo en la portería de un Rodrigo Corrales, que ya ofreció un magnífico rendimiento tanto ante alemanes como franceses, y, sobre todo, de un Arpad Sterbik que con los tres penaltis que detuvo ante Francia en la semifinales demostró su capacidad de intimidación.

Este factor podría ser determinante ante los jovencísimos lanzadores suecos, hombres como Jim Gottfridsson, Linus Arnesson o Lukas Nilsson, encargados de poner punto final a los velocísimos ataques suecos, que, como se pudo comprobar en las semifinales ante Dinamarca, apenas pueden durar unos segundos, el tiempo necesario para que los jugadores nórdicos encuentren la más mínima posibilidad de lanzar el balón a la portería contraria.

«Tenemos claro que Suecia nos va a correr desde el principio», advirtió el seleccionador español, consciente de que esta selección sueca ejemplifica como pocas la filosofía del juego nórdico: defender, correr y tirar.

Todo lo contrario que España, que al igual que ya hiciera ante Alemania o en la semifinales contra Francia, tratará de dotar al partido de un ritmo más pausado para hacer llegar el balón, con sus cruces y permutas, a los extremos y pivotes.