El Barça continuó su escalada hacia los puestos de privilegio de la Euroliga con una victoria más que sufrida frente al Panathinaikos en el Palau (79-68). Es la quinta consecutiva de los azulgranas, que transitan por un momento espléndido enganchados al acierto de Thomas Heurtel. La inspiración del base francés (23 puntos, 3 asistencias, 2 rebotes), y los buenos minutos de Seraphin (14 puntos, 7 rebotes) impulsaron a un equipo, que sabe sufrir, sigue reforzando su confianza y ve los ‘play-off’ más cercanos.

Es una gran victoria. Hemos trabajado muy bien en la segunda parte. Así que todo el mundo tiene que estar muy feliz”, aseguró Heurtel, elegido por segundo día como el jugador del partido, igual que sucedió el miércoles en Milán.

En esta buena racha, el Barça vive del soberbio momento de Heurtel. El base francés anda sobrado de confianza y, en muchos momentos, arrastra a sus compañeros. Cuando se le suman un par o tres de jugadores en ataque, el rendimiento es más que aceptable. Eso ha ocurrido últimamente. Ribas y Seraphin se han unido a la cruzada (a veces Singleton también, no fue el caso ante su exequipo) y el cuadro de Pesic eleva sus prestaciones. Pero, en otras, Heurtel se encuentra demasiado solo y saca a la luz uno de los puntos débiles del equipo: el Barça es de los peores equipos ofensivos del torneo. Hay una falta de determinación en algunos casos como el de Kuric, que es preocupante.

Así cuando los rivales se cierran bien en defensa, como el Panathinaikos, haciendo honor a una de las señas de identidad de su técnico, el legendario Rick Pitino, el Barça sufre porque no encuentra el camino a sus pívots, ni a Tomic ni a Seraphin, dos de sus mejores bazas. Cuando los rivales se cierran y le discuten además el rebote defensivo (como sucedió hasta el descanso) , el suplicio se acrecienta.

Control del rebote

Heurtel empujó con fuerza de salida y el Barça llegó a abrir alguna ventaja que parecía enseñar la imagen más solvente del cuadro de Pesic, aprovechándose de algunos buenos minutos de Seraphin (23-14). Pero el Panathinaikos endureció el camino y Papapetrou, en un momento espléndido, se erigió en protagonista con 10 puntos en el primer tiempo, para apretar el marcador en el descanso (37-36).

El escenario de espesura no cambió demasiado en la reanudación, aunque el Barça pasó a ser el gran dominador del rebote (33 por 17), especialmente Seraphin, con seis ofensivos.

Tres triples casi consecutivos de Ribas, Claver y Singleton, sumados a un 2+1 de Seraphin, así como un mayor control del rebote ofensivo, parecieron cambiar la dinámica a favor de los azulgranas (53-42, m. 27). Pero el Panathinaikos, enganchado a la inspiración de Lekavicius y Papapetrou, mantuvo el pulso y volvió a equilibrar el marcador (56-56) para afrontar los últimos ocho minutos. Así que, nuevamente, Heurtel tuvo que salir al rescate y despejar el camino, asumiendo la responsabilidad, y tirando de su equipo hasta que el cuadro griego levantó la bandera blanca.