La liga griega de baloncesto se cerró este domingo con una situación muy desagradable para los jugadores del Panathinaikos, ganadores de la final de la liga griega en el quinto partido que desempataba el 'playoff' contra Olympiakos. Los chicos de Xavi Pascual, que habían pasado a la final tras vencer en semifinales al AEK de Atenas, se vieron en peligro cuando los ultras de Olympiakos comenzaron a lanzar bengalas contra el banquillo del equipo visitante.

Ante esta situación, los jugadores y el cuerpo técnico de Panathinaikos, que lideraba el marcador 49-66, decidieron abandonar la pista y retirarse a los vestuarios, para evitar ser agredidos y resguardarse de la lluvia de bengalas que les caía en el camino al túnel de vestuarios.

Tras ver que la afición no se calmaba, el colegiado decidió parar el partido, que se reanudó más tarde -faltaban casi dos minutos- a puerta cerrada. En los últimos compases Olympiakos solo pudo meter dos puntos, coronando así al Panathinaikos como campeón de Liga (51-66).

El baloncesto griego es conocido por su gran calidad, pero por desgracia también por sus ultras, que han protagonizado numerosos episodios violentos como el de este domingo y que continúan sin ser reducidos por las autoridades. El contexto del partido era de máxima tensión ya que ambos equipos habían forzado el quinto partido tras ganar dos encuentros cada uno. La balanza se decantó a favor de los de Xavi Pascual que consigue su primera Liga en Grecia. El extécnico azulgrana ya había conquistado la Copa helena.