Lo han vuelto a hacer. Igual que el 2006, un año que ya forma parte de la mejor historia del deporte español. España estará en la final del Mundial de China por segunda vez en su historia después de un torneo asombroso, en el que han ido creciendo en confianza y transmitiendo excelentes sensaciones de principo a fin. Y sobre todo después de una semifinal de leyenda, que necesitó dos prórrogas para su resolución, y en la que doblegó a Australia por 95-88.

Será difícil igualar el despliegue físico de España frente a los australianos. Pero imposible su tremendo corazón. Aparecieron todos en un momento y otro de la final. Al lado de un majesutoso Marc Gasol, autor de 33 puntos y 6 rebotes,surgieron un Ricky Rubio enorme (19 pintos, 12 asistencias, 7 rebotes, 4 robos) y un providencial Llull, autor de dos triples letales en la segunda prórroga que fueron la justa recompena al tremendo esfuerzo colectivo

Bloqueo ofensivo

Fue una puesta en escena modélica por parte de la selección, que inició el encuentro con tres triples (dos de Juancho y uno de Ricky) tomando el control del marcador (11-6, m. 5) con solvencia. Fue una demostración de concentración, de los jugadores de Scariolo. Pero también el acierto de Australia fue importante, con Dellavedova y Goulding situando muy alto los porcentajes en el triples. Así que los dos equipos empezaron a poner más énfasis en el apartado defensivo y eso espesó más el juego y apretó el pulso. España no pudo correr tanto como pretendía. Y tampoco Australia encontró los espacios que suelen generar Mills e Ingles, así que el primer parcial fue de absoluto equilibrio, aderezado por un triple de Llull en la última posesión (22-21, m. 10).

La fluidez de los primeros minutos, sin embargo, fue desapareciendo para la selección que, en ataque, entró en unos minutos desesperantes. Más de cinco minutos sin anotar una canasta se pasó España, una racha negativa que rompió Ricky Rubio , cuando Australia amenazaba peligrosamente con romper el partido con un parcial de 0-9. Y aunque la selección levantó la cabeza, de nuevo bajo el control del base de El Masnou, la iniciativa había cambiado por completo.

Fue Australia la que jugó con más comodidad en esos minutos, la que endureció las acciones, aprovechándose de un arbitraje muy permisivo, como en todo el campeonato, y la que encontró respuestas acertadas en un par de triples de Landale y Mills a la defensa zona que planteó Scariolo para complicarles la vida.

En el cambio de escenario influyó tanto el paso delante de Mills, el base de los Spurs, que suele ser el termómetro más fiable de Australia, como la falta de acierto de hombres importantes en la selección, como Marc Gasol , muy remiso a mirar el aro de inicio, y también de Ribas para quien el equipo jugó algunos minutos sin resultado.

A pesar de la espesura ofensiva (tan solo 10 puntos en el cuarto), la selección consiguió sobrevivir a un escenario realmente complicado a través de su solidez atrás, de blindar el rebote defensivo, un aspecto fundamental frente a un equipo tan físico. Eso permitió mantenerse en la pelea, enganchado a la estela de la selección dirigida por Andrej Lemanis al descanso (32-37).

Once puntos en contra

Aún se oscureció más el panorama en la reanudación porque España siguió sin encontrar el camino hacia el aro rival y, en cambio, Australia cuenta con un jugador como Mills, capaz de romper por sí solo un encuentro con sus acciones, que asumió toda la responsabilidad, a pesar del enorme desgaste al que lo sometió al defensa de la selección. Asegurar el rebote, además, se convirtió en una tarea complicada para la selección, incapaz de cerrarlo en su propia canasta y esas segundas oportunidades fueron aire fresco para el conjunto australiano. El margen se hizo realmente preocupante (39-50, m. 25), sin que el movimiento del banquillo o los cambios defensivos ordenados por Scariolo acabaran de funcionar. Aun así, si algo destila el ADN de la elección es compromiso. Siguieron los jugadores de Scariolo sin bajar los brazos, concentrados en defensa, y el premio a esa constancia fue recuperar el pulso cuando las sensaciones no eran nada buenas y llevar el partido a un último cuarto de incertidumbre (51-55, m. 30).

Aparición de Marc

En esos instantes de máxima tensión, Marc Gasol también se sumó a la causa, con unos minutos espectaculares que fueron una inyección de adrenalina. Cinco puntos seguidos del pívot de los Raptors, unido a un triple de Ricky dio una sacudida inesperada al encentro (65-67, m. 36), cuando muy pocos lo esperaban. De repente, toda la presión y los nervios parecieron pasar al lado de Australia y España empezó a creer firmemente en sus fuerzas.

Así se llegó a un último minuto dramático . Una canasta de Ricky y dos tiros libres de Marc Gasol dieron la primera ventaja a España desde el primer cuarto, con solo 8.7 segundos por disputar. MIlls sacó una falta imaginaria en el siguiente ataque de Australia, pero solo anotó un tiro libre empatando el encuentro, cuando solo quedaban 4.7 segundos y en un último lanzamiento a la carrera sobre la bocina, Ricky estuvo a punto de anotar. Pero el aro escupió el balón, dando paso a la prórroga.

Cinco puntos consecutivos de Gasol en el tiempo añadido parecieron situar a España en un escenario soñado (76-71) pero Australia siguió martirizando a la selección con el rebote de atauqe y su respuesta fue inmediata, recuperando de nuevo el terreno y situándose con ventaja a 14.2 segundos del final, después de dos tiros libres de Mills, que Marc Gasol logró equilibrar con otros dos libres a 4.2 del final que dieron paso a una segunda prórroga, en la que solo hubo un color: el de la selección. Marc, Claver y Llull, de triples, avieron ya un margen 90-82, con dos minutos por jugar, que se convirtió en un muro imposible para Australia, para quien España, después de vencerla también en el bronce de Río, se ha convertido ya en su bestia negra.