La arrolladora Serbia, el equipo que transitaba por el Mundial aplastando rivales, que se postula como la alternativa más sólida al trono de Estados Unidos, besó la lona frente a España y perdió su imbatibilidad (81-69). Fue una lección de la selección en todos los, que recuperó una versión que parecía olvidada en este torneo, la del equipo que maneja los tiempos de los partidos a su antojo y que desborda una confianza ciega. En pocos partidos ha llevado el equipo de Scariolo una defensa tan hasta el límite (y tan hasta la perfección) como lo hizo frente al equipo serbio. Frente a los centímetros y la envergadura, talento y corazón. Con tres pequeños jugó España su mejor baloncesto.

Enorme fue la actuación colectiva de España en concentración y acierto. Sobresaliente el despliegue defensivo, en especial de Rudy y Claver, que se multiplicaron en todos los aspectos del juego, y más que remarcable el trabajo de dirección de Ricky y Llull. Y la consecuencia fue un triunfo enorme que lo cambia todo. Para la selección, que acabará primera de grupo y se cruzará con Polonia en los cuartos de final. Y Para Serbia, que tendrá que cruzarse con Argentina y, de cumplirse los pronósticos, ve en el horizonte una semifinal con Estados Unidos que no esperaba.

Oriola en el cinco inicial

La presencia de Oriola, en lugar de Claver, fue la única concesión de salida que hizo Scariolo en un partido donde existía un premio en juego, la primera posición para unos cruces más fáciles, pero también había mucha rivalidad en juego, la pugna por el trono europeo, que España ha controlado desde hace más de una década, y a la que aspira la ambiciosa selección de Djordjevic.

Salió el conjunto balcánico exhibiendo músculo y centímetros (Jokic y Milutinov estaban juntos a los dos minutos, dos gigantes de más de 2,10) y el cuchillo entre los dientes, decididos a hacer el despliegue físico que no han necesitado hasta ahora (han ganado sus partidos por 40 puntos de margen).

Y la verdad es que la versión inicial de Serbia fue arrolladora. En un visto y no visto, un parcial de 0-9 que les hizo doblar a la selección (6-13, m. 6) y gestos retadores en cada jugada finalizada con canasta, que permitían intuir un partido caliente.

Reacción de España

No se amilanó España, sin embargo, a la que le van este tipo de encuentros. Como ha sucedido durante todo el campeonato, la reacción empezó a partir de la defensa. Scariolo ordenó vairantes constantes, especialmente una mixta sobre Bogdanovic, que desconectó en parte a la estrella serbia. La entrada en cancha de Claver elevó la dureza del equipo español, mucho más eficaz con Rudy muy metido. Llull le dio el plus de explosividad que necesitaba. Todo el equipo empezó a funcionar como solo ha dejado entrever a cuentagotas hasta ahora.

Al final del primer cuarto, el margen se había reducido (17-20) pero lo que se vivió en el segundo fue una lección en toda regla. Se disparó la selección con un parcial inicial de 9-0 en menos de dos minutos, lanzado por dos triples de Rudy y Llull que aparecieron en su plenitud, dispuestos a liderar. De repente, Serbia se encontró con una defensa impenetrable y un aluvión de juego que no supo como parar: contrataques, un mate para Youtube de Willy Hernangómez delante de Marjanovic y un par de triples consecutivos de Ricky que se unió a la fiesta y que llevó las ventajas hasta la decena de puntos (41-31, m. 18) y que remató Llull con otro antes del descanso (45-37).

Superó la selección incluso un pésimo arbitraje, difícilmente explicable, de dos de los mismos colegiados (el estadounidense Anderson y el mexicano Mariscal) que ya la complicaron la vida en el partido frente a Italia y que , al margen de varias decisiones erróneas, acabaron por señalarle una técnica a Scariolo por sus protestas.

Expulsión de Jokic

La exhibición de España continuó en la reanudación, con Serbia cada vez más fuera del partido, al no encontrar una respuesta al laberinto defensivo que le planteaba su rival. Eso disparó la frustración de Nikola Jokic, la estrella de los Nuggets, que en un balón robado por Marc Gasol, que los árbitros señalaron como lucha, perdió los papeles y empezó a protestar y siguío haciéndolo incluso después de que le señalaran técnica, lo que costó la descalificación. Las diferencias, mientras, solo hicieron que crecer hasta la frontera de los 20 puntos (62-42, m. 26) con un solo equipo en la cancha como dueño y señor del partido, mientras Serbia deambulaba con solo cinco puntos anotados en siete minutos y acumulando errores y pérdidas en cada ataque. Solo cuando España levantó, de forma inconsciente el pie del acelerador, el cuadro balcánico consiguió respirar, enganchándose al acierto de Bogdanovic y volivéndose a meter en la pelea (67-56, m. 30).

España tenía tan agarrado el partido, que ya no lo cedió, aunque tuvo que apretar los dientes y sufrir para aguantar el arreón de orgullo de los serbios. Pero los intentos de Serbia por sobreponerse, sobre todo individuales de Bogdanovic, acabaron estrellándose en el mismo sitio: la defensa de la selección.

81 - España (13+32+22+14): Ricky Rubio (19), Rudy Fernández (7), Juancho Hernangómez (3), Pierre Oriola (6) y Marc Gasol (11) -cinco inicial-, Pau Ribas (5), Víctor Claver (14), Willy Hernangómez (7) y Sergio Llull (9).

69 - Serbia (20+17+19+13): Jovic (4), Lucic (8), Bircevic (3), Bogdanovic (26), y Milutinov (7) -quinteto titular-, Simonovic (-) Bjelica (3), Raduljica (7), Jokic (6), Micic (5), Guduric (-) y Marjanovic (-).

Árbitros: Cristiano Maranho (BRA), Steven Anderson (USA) y Omar Bermúdez Mariscal (MEX). Eliminaron a Stefan Jovic y descalificaron a Nikola Jokic.

Incidencias: Último partido de la segunda ronda en el Grupo J disputado en el Sports Center de Wuhan ante unos 8.000 espectadores.