España ya tiene la medalla que acaba con la sequía de hace dos años en Londres. Un bronce logrado al final de un thriller deportivo, con dosis de violencia contenida, reclamaciones, apelaciones in extremis y un final feliz gracias a la sed de justicia del equipo española en la calurosa Doha.

Orlando Ortega recibió este jueves la buena noticia de la IAAF tras 48 horas desaparecido. La Federación Internacional entró en razones gracias a la intensa presión de la Federación española y concedió el bronce al vallista hispanocubano. Una hora antes de la ceremonia de entrega de medallas no sabía qué iba a subir al podio junto al francés Pascal Martinot-Lagarde, el atleta que cruzó la meta en tercera posición, el ruso Sergey Shubenkov, plata, y el oro para el estadounidense Grant Holloway.

Ortega entró como pudo en quinta posición, claramente perjudicado por la obstrucción del jamaicano Omar MacLeod, cuando remontaba para entrar en el podio de vencedores. El jamaicano acabó en el suelo y descalificado.

El vallista español llegó tarde al estadio Kahlifa porque llevaba todo el día encerrado en su habitación y no esperaba ya una compensación a su desgraciado incidente en la pista. La ceremonia de entrega de medallas se tuvo que retrasar. Por la mañana todavía le dolía el juego sucio del jamaicano. "Después de la ceremonia sentí una mezcla de emociones impresionantes. Gracias a Dios y al pueblo de España por su apoyo", dijo tras la reparación pública. El vallista insistió en su agradecimiento “al pueblo de España” varias veces, emocionado, y a las gestiones de la Federación nacional.

Doble medalla

Las dobles medallas no son muy frecuentes en atletismo pero resuelven conflictos aparentemente irresolubles en un deporte visionado y mensurado al detalle. El Jurado de Apelación de los Mundiales rechazó la reclamación española por la obstrucción a Orlando Ortega en la final de 110 m vallas mientras concedía una medalla de bronce extra al polaco Wojciech Nowicki en la final de martillo.

Las dos resoluciones fueron publicadas al mismo tiempo pero, mientras el jurado denegaba a España la petición de que el hispanocubano fuera galardonado, se le concedía al polaco. En el caso de la final de martillo, el jurado tiró de video y comprobó que el primer lanzamiento del húngaro Bence Halasz, el que precisamente le dio la medalla de bronce con 78,18, había sido nulo, y que Nowicki debía ser recompensado con otro bronce.

Ortega se quedaba el miécoles sin medalla y el equipo español sin la opción más clara que tenía de borrar su cero en el medallero de Doha, después de volver de vacío de los Mundiales de Londres 2017. Había que seguir apelando porque el cabreo del atleta y de todo el equipo nacional estaba monumentalmente justificado.

La revisión

“El Jurado de Apelación se reunió y, tras revisar las circunstancias de la carrera, reconoció que el atleta español fue obstaculizado. El Jurado concluyó, no obstante, que este tipo de incidentes no es infrecuente en pruebas de vallas. La apelación es denegada y el Jurado acepta la decisión del juez”, dice la resolución. Decepción, pero la resuloción contenía un argumento más a favor: se reconocía que MacLeod había obstruido al español. Ahora se trataba de demostrar que Orlando estaba en medallas cuando fue abordado por su colega caribeño.

España reclamaba que se repitiera la final o bien que se le concediera al atleta español la medalla correspondiente al puesto que ocupaba en el momento del incidente (tercero según el escrito). Acogiéndose a la regla 162.3 a), solicitaba que o bien se repitiera la carrera, o bien que Ortega fuera autorizado a correr en solitario.

Si la solicitud anterior no era aceptada, España pedía que, como gesto de deportividad, Ortega fuera galardonado con la medalla correspondiente a su posición en el momento de la obstrucción, es decir, la de bronce según la propia delegación española. La 39ª de la selección en su recorrido por los mundiales desde 1983.