El Córdoba se tomó un leve respiro, el pasado domingo en El Arcángel, con la goleada endosada al Alcorcón, equipo al que rebasó en la tabla, aunque los blanquiverdes mantengan una ínfima distancia con los puestos rojos de la tabla, de los que salieron gracias a la victoria ante los alfareros. Ahora toca jornada semanal en la que le espera un Lugo al que no le sobra el gol, para recibir después en El Arcángel a un Nástic que sólo lleva una victoria en las ocho jornadas que se han disputado.

Pero bien hará el Córdoba en fijarse en sí mismo, ya que le queda mucho trabajo por delante. El principal, que tiene que ver también con ganar regularidad en la consistencia defensiva, es el de crear su propia identidad. La irregularidad de los blanquiverdes tiene que ver mucho con este último concepto, ya que tan sólo hay que observar cómo han logrado las tres victorias ligueras que se reflejan en la tabla clasificatoria.

La primera llegó en Albacete, en la segunda jornada de Liga, cuando aún Carrión se ceñía a lo visto durante el verano, un 1-4-1-4-1 con aspiraciones de 1-4-3-3, con Edu Ramos como medio centro defensivo guardando las espaldas de Javi Lara y Carlos Caballero, Joao Afonso y Josema como centrales, Jaime Romero y Javi Galán en las bandas y Jona en punta. Edu Ramos abrió la lata a balón parado y también el segundo gol en el Carlos Belmonte llegó como segunda jugada tras un golpe franco del montoreño.

El segundo triunfo blanquiverde, primero en casa, lo sumó el Córdoba en la jornada quinta. El Tenerife cosechaba una de las tres derrotas que acumula como visitante ante un equipo cambiado sustancialmente por Luis Carrión. El preparador cordobesista mutó su once a un 1-4-4-2 «favorecido» por la ausencia por lesión de Javi Lara y la búsqueda de soluciones. Edu Ramos formaba, junto a Aguza, una medular con mucho más trabajo físico y defensivo de lo que ha planteado hasta ahora el propio Carrión, mientras que se mantenía a Javi Galán en la banda izquierda, aunque entraba en el once titular Alfaro por Jaime Romero. En punta, los dos únicos delanteros del plantel profesional, Jona y Sergi Guardiola, que fue básico en el triunfo. A pesar de fallar un penalti, el pichichi cordobesista abrió el marcador con un impecable zurdazo desde la frontal. Caballero, en el tiempo de descuento, corroboró la primera victoria blanquiverde en El Arcángel en esta Liga.

Finalmente, la victoria del pasado domingo, la tercera en Liga y la segunda en El Arcángel en lo que se lleva de temporada, ante el Alcorcón, también se sumó con un nuevo cambio de sistema y hasta de perfil del once titular. Carrión, a pesar de que «no se daba ninguna copa», planteó el encuentro como si de una final se tratara, a tumba abierta, posiblemente un riesgo calculado sabidos los problemas ofensivos del adversario. El técnico blanquiverde salió con un 1-4-2-3-1. Dejó en la grada a Josema, titular indiscutible hasta ese momento, dejó en el banquillo a Pinillos en favor del chaval del filial, Mena, conformó un doble pivote con mucho menos trabajo defensivo con Caballero y Javi Lara, mientras que las bandas fueron para Jovanovic (derecha) y Jaime Romero. Finalmente, volvió a jugar con un solo delantero, pero eligió a Sergi Guardiola en detrimento de Jona, que esperó su oportunidad, sin llegar a tener minutos, desde el banquillo, y colocó a Markovic detrás de la referencia ofensiva, siendo clave en la segunda victoria blanquiverde en casa en lo que se lleva de campeonato.

Los nueve puntos ya están en el zurrón. Ahora queda fijar no sólo un dibujo -con sus posibles variantes- para tener identidad propia y que el equipo crezca desde ese punto de partida, algo que no debe ser fácil. Al menos se ha logrado salir de los puestos de descenso y llegan algunos encuentros con rivales ante los que, en teoría, se puede sumar.