Tanto vaivén en la alineación ya está provocando en la grada opiniones dispares: desde que Javi Galán debe jugar de extremo hasta que debe salir de la convocatoria. «Andresito tiene que jugar, pero no como delantero centro, detrás de él», comentaba un aficionado antes del inicio del partido. Y así, con todos. Esos onces tan diferentes unos de otros abren aún más el debate, a la espera de que lo cierre una opinión fija, un once que en su mayoría se pueda aprender de carrerilla. Parece que después de lo de ayer, eso está un poco más cerca que hace una semana. Aunque habrá que esperar.

Esperar es lo que no pudo hacer Jesús León, que a falta de 15 minutos del final del encuentro tuvo que salirse del palco con la mano en el pecho. Tanta invocación a la épica va a provocar más de una baja en la zona noble en esta temporada. Y si no, al tiempo. Pasaron los primeros 45 minutos y las caritas eran, en general, largas. Que esto no puede ser así, que este jugador no está ni para los amistosos, que este no juega en su sitio, que dónde está este otro que debería estar jugando. «Si yo discuto, más que nada, por no dormirme, porque vaya telita», comentaba un cordobesista en la grada.

Luego están los conspiranoicos, esos que repasan al árbitro de cabo a rabo. «Eso es la Federación». «Será la LFP», le contestaba el amigo. «Bueno, la que sea, que no nos quieren». Cuando Pérez Pallas expulsó a Luis Pérez y tiempo después pitó el penalti a favor, el segundo miraba al primero con sorna. «Sí, sí, porque no ha tenido más remedio», se justificaba el conspiranoico. Al final, golazo de Aguado y para casa. «Sí, ha marcado un golazo el nene, pero que seguimos sin ganar», se quejaba un chaval a la salida de El Arcángel, al que tampoco le salían las cuentas. Habrá que trabajar más y mejor.