Vivir la Segunda B de cualquier manera menos la deportiva, sin la implicación de unos colores y como mero observador siempre promete buenos momentos a lo largo de la temporada. Regresar a determinados tipos de campos obliga a una mirada incluso cariñosa hacia aquel que no ha vivido el fútbol profesional y tiene más que difícil disfrutar en directo de la élite. Y ese orgullo y forma de disfrutar el fútbol no están pagados.

José, el speaker, ya lo dejó claro nada más coger el micrófono. «Hoy es un día histórico para el fútbol deportivo -sic- de Villarrubia de los Ojos», se arrancó de manera casi lacónica, como si de un centro comercial a recién estrenar se tratara. «Damos la bienvenida a los andaluces que han venido a ver a su equipo, que tengan un buen viaje cuando se vayan y seguro que han tenido una buena acogida por parte de los villarrubieros». El anfitrión del micrófono avisó por la megafonía de que «está prohibido introducir cualquier tipo de arma que pueda hacer daño a una persona», tal cual, iniciando así la relación de precauciones contra la violencia en los estadios. José explicó que «ahora con este hito deportivo de estar en Segunda B», había que cambiar algunas costumbres y «tenemos prohibidas algunas cosas».

A José se le amontonó el trabajo, ya que mientras iniciaba la relación de alineaciones los jugadores locales repartían balones rojos con topos blancos a los asistentes al encuentro.

Así, enmedio del barullo, pues casi nadie se enteró bien de quién jugaba. Pero sí de que entre las prohibiciones estaba la imposibilidad de «acceder al recinto bajo los efectos de bebidas alcohólicas o de drogas tóxicas». José que, en cualquier caso, se doctoró -nunca mejor dicho- ayer en el fútbol de bronce español, tuvo otro detalle llamativo en el minuto 42, en pleno partido, cuando avisó al respetable de que «en cumplimiento de la normativa» el terreno de juego estaba reservado para los equipos, cuerpos técnicos y trío arbitral, por lo que «no se puede acceder al mismo».

Definitivamente, todos, vengamos de donde vengamos, tenemos que amoldarnos a la nueva categoría. Ah, por supuesto no faltó la pizarra correspondiente a un sorteo de camisetas que se sortearon antes del descanso y el comentario de José, antes de iniciarse el segundo acto, más propio de un periodista radiofónico que de un speaker. «Animemos a los jugadores después de la interesante primera parte y esperemos goles en la segunda». Y tampoco, obvio, en los últimos minutos de partido, jugándose aún, el empuje a los aficionados propios. «Vamos a seguir animando para lograr el primer gol». Una vez terminado: «Otra vez será. Aplaudamos». Pues eso.