Se viene comprobando día tras día. El buen ambiente en la concentración del equipo es un hecho y siempre hay lugar para la broma. Si la plantilla espera al entrenador y al cuerpo técnico unos minutos, se le recibe con cerrada ovación y risas.

Al finalizar cada sesión, y durante los pertinentes estiramientos, Carrión siempre coge a uno o a varios de sus jugadores para charlar, siempre en tono distendido y entre bromas. Incluso durante los momentos de máximo esfuerzo, como en un partidillo, también hay algún comentario para provocar la sonrisa. Así, cuando un delantero se adentra en el área y es entrado por un central justo en momento del disparo, el defensa provoca la caída del punta. Carrión le pregunta: «¿Es penalti?». El jugador calla en un primer momento pero, ante la insistencia del técnico, finalmente responde afirmativamente. Sin embargo, Carrión le contesta que no. «¿Sabes por qué no? Porque jugamos fuera de casa».

Y si se habla de buen rollo tiene que aparecer, obligatoriamente, Sasa Markovic. Después de dos sesiones de trabajo y justo al final de la segunda, Cristóbal Fuentes programaba varias series de carrera continua. Después deltrabajo con balón y tras oir el último trabajo, el medio serbio, con una sonrisa, exclamó: «Qué bueno eres, Cristóbal, cómo te gusta esto».