El técnico del Córdoba, José Ramón Sandoval, compareció en sala de prensa tras la victoria por 3-0 ante el Sporting y la consecuente salvación del equipo blanquiverde. Con una pregunta retórica y la sonrisa de oreja a oreja, además de alguna lágrima, empezó Sandoval: «¿Ahora me creeis? He hecho trampa porque venía a una ciudad que lo quería. Gracias a mi cuerpo técnico, que sin su fe y su trabajo, sin levantarme cuando caía, era imposible. El madrileño quiso agradecer la labor de los «fisioterapeutas, médicos, gente de prensa, todos han tirado del carro». Su cuerpo técnico apareció junto a él en la sala de prensa, muchos de ellos también emocionados. «Nadie ha puesto palos en la rueda, todos han empujado», continuó Sandoval, que añadió que «esta afición se merece estar en Segunda». También quiso acordarse de Jesús León y Luis Oliver, que «me trajeron hasta aquí». Para el míster cordobesista, el presidente es «más que un presidente para mí, tiene unos grandes valores y quiere mucho a esta ciudad, ha hecho un gran trabajo».

Se le cuestionó a Sandoval si en algún momento de su periplo en esta temporada dudó de la salvación, a lo que respondió que, jurando por sus hijas, «no ha habido ningún momento en que haya dejado de creer». Puso en valor a sus jugadores, que «siempre me facilitaron el trabajo en cada entrenamiento. Son los protagonistas, los que han metido los goles, pero se han dejado ayudar y así pueden conseguir cosas así. Córdoba tiene una gran capacidad de embrujar a los que venimos aquí a trabajar».

Al entrenador del Córdoba se le preguntó si el final de temporada fue el soñado, y afirmó que «este equipo ha hecho números conmigo de estar muy arriba. Había jugadores que estaban devaluados pero nosotros creímos en ellos. Vamos a tener dificultad para que Jesús León pueda atarlos a todos porque han demostrado que están muy por encima de esta categoría». Posteriormente, Sandoval dijo que «sabía que íbamos a sufrir porque no había otra manera de darle la vuelta a la situación». Y lanzó un mensaje de optimismo vital al sostener que «en la vida nadie te puede decir que no lo puedes conseguir, si hay trabajo y un equipo detrás todo es posible». Finalmente, el madrileño añadió que «cuando me hice novio de mi mujer, con 17 años, iba a ver al Córdoba en los torneos en Pozoblanco y siempre tuve la ilusión de ser entrenador de este equipo». Un reto más que superado.