«Fue un día muy duro. No miraba ni al abogado del club. Sabía la realidad, que quedaba desvinculado del Córdoba. Fue una sensación muy dura para mí, un día triste». Con estas palabras se expresaba para Diario CÓRDOBA Javi Flores el 7 de agosto del 2018, al salir de la reunión con el Córdoba, por entonces presidido por Carlos González, para su marcha del club en un proceso de ERE encubierto. Rumbo al Getafe B. Ha pasado un mundo desde la injusta salida del centrocampista cordobés, después de 18 años ligado al club de su ciudad. «Son 18 años en el club, que se dice pronto. Me ha dado tiempo a hacer de todo. Colgar redes, pintar campos, hacer bocadillos, recogepelotas, jugador... Me voy porque el club no cuenta conmigo», aseguraba con una evidente tristeza quien hoy regresa con la misión de liderar el proyecto del ascenso a Segunda.

Él quiso despedirse de la afición de otra forma, y salir de la que entendía su casa futbolística y vital por la puerta delantera. «Me hubiera gustado despedirme de otra manera. Primero, en el campo, y luego, con una rueda de prensa para dar las gracias a todos los del club, a la gente que me ha apoyado, a la prensa. Pero la verdad es que ahora mismo no me veo con fuerzas y creo que no podría dar una rueda de prensa», afirmaba en aquel verano del 2011 en el que parecía despedirse para siempre del Córdoba. Ahora regresa, y podrá expresar las «emociones y sentimientos» que, en su marcha, veía incapaz de aguantar.