El Sadar es el clavo ardiendo al que se viene agarrando Osasuna en este arranque liguero. Los rojillos no han comenzado la temporada como esperaban. Con una plantilla armada para aspirar al ascenso, tienen que conformarse hasta ahora con los nueve puntos que atesoran, que les mantienen en la zona media de la clasificación. Y ocho de esos nueve puntos los han logrado en su estadio. Osasuna jugó su primer partido como local en la segunda jornada, cuando El Sadar recibió al recién ascendido Elche.

Tras caer en la primera jornada ante el Mallorca, los navarros solo pudieron empatar a uno ante los ilicitanos. El siguiente encuentro en tierras pamplonesas fue el Osasuna-Almería, que se saldó con victoria local por tres goles a uno. Otro de los equipos que deben aspirar a estar en la zona alta, el Sporting de Gijón, también hincó la rodilla en El Sadar. Lo hizo en la sexta jornada y por un gol a cero, anotado por Rubén García -que hoy será titular-. El segundo empate como local de Osasuna lo selló en su último partido en su campo, hace dos semanas frente al Zaragoza (1-1). El Córdoba de Sandoval tiene por tanto la tarea de romper la efectividad de los rojillos en casa, donde han sumado ocho de doce puntos posibles.

La presión que ejerce la afición pamplonesa es un factor que puede decidir el choque

La afición de Osasuna aprieta de lo lindo y es por ello que el factor emocional será esencial. No desconcentrarse, aguantar la salida en tromba de los locales y no rendirse en caso de recibir un gol en contra serán claves que decidirán el duelo entre Osasuna y Córdoba.