El Córdoba llega al Nou Estadi para jugar ante un equipo -el Nàstic- y en un campo ideal para la victoria. O lo más ideal que puede ser para un conjunto, el blanquiverde, que no sabe lo que es ganar fuera de casa esta temporada. Hoy es su última salida de la primera vuelta y el público que se dé cita en el estadio tarraconense, además de ver frente a frente a dos equipos en descenso y con la urgencia de ganar, asistirá a un choque de estilos.

Desde que Curro Torres asumió el puesto de entrenador del Córdoba sus equipos tratan de tener la pelota, manejando la posesión y subiendo el esférico sin recurrir a pelotazos. No es que el Córdoba de Torres solo tenga esa idea, puesto que la mayoría de los goles en su victoria antes del parón navideño, ante Las Palmas, fueron al contragolpe. Pero no se amilanan los blanquiverdes cuando el rival prefiere darle el balón y esperar en su campo, como suele hacer el Nàstic de su técnico Enrique Martín.

Y es que en sus cinco últimos partidos el conjunto catalán ha promediado un 38,2% de posesión, una tendencia cada vez más definida, en especial desde que cambió del sistema de cinco atrás al de cuatro defensores, ya que su técnico ha usado ambos dibujos desde que llegó al banquillo tarraconense, en el pasado mes de octubre. Precisamente la única victoria del Nàstic en esos cinco encuentros fue en el que menos posesión tuvo, ante el Extremadura en el Francisco de la Hera. Allí acumuló un 28% de posesión pero disparó en 11 ocasiones, cuatro de ellas entre los tres palos y una a gol para cerrar el 0-1 definitivo.

Sufre atrás el Nàstic -es el segundo equipo más goleado de la categoría, tras el Córdoba- pero no renuncia a la posesión por pura especulación, sino que confía en las salidas rápidas de sus extremos o carrileros y en la contundencia en área contraria de Luis Suárez, Barreiro o Manu del Moral, sus mejores alternativas en ataque. Con la reciente incorporación de Pipa, lateral derecho de largo recorrido cedido por el Espanyol, el equipo tarraconense cuenta con una nueva opción para abrir al rival por sus costados. Por delante de su defensa el técnico Enrique Martín dispondrá hoy, al menos según lo previsto, tres mediocentros que tratarán de evitar las llegadas del Córdoba y obligar a los de Curro Torres a mandar la pelota a las bandas, donde puede estar la clave del choque. Pipa por la diestra y Abraham por la zurda tendrán que bailar con Jaime Romero y Sebas Moyano. Si Loureiro y Quezada, laterales del Córdoba, percuten con asiduidad y doblan a sus extremos la cuestión estará en que Piovaccari y sus compañeros de segunda línea, De las Cuevas y Aguado o Araújo, lleguen con espacios y definan bien.

Una clave del partido estará en ver si, efectivamente, el Córdoba es capaz de dominar la pelota, cansar a los jugadores del Nàstic y abrir a su defensa. Evitar los contragolpes del rival es el otro pilar sobre el que el Córdoba debe cimentar su partido para sumar los tres puntos.