El golpe de timón que dio el Córdoba hace dos semanas empieza a tener consecuencias en diversos ámbitos y aún debería tener más si todo sigue su curso. La confección de la plantilla, más allá de descompensaciones o escasas alternativas en algunos puestos, estaba dirigida a un sistema concreto (1-4-1-4-1) y a un tipo de juego. Ahora, con Juan Merino, esos dos conceptos han saltado por los aires. Además, la preparación física, que también entroncaba con las ideas marcadas en verano y que generaba dudas nada más iniciarse la competición, también debe experimentar un cambio, con el peligro que entraña ese apartado una vez iniciada la competición. Y por si fuera poco, el mismo sistema e ideas que pretende el nuevo técnico blanquiverde necesitarán de desarrollo por la vía de urgencia, tanto en el aspecto defensivo -por la situación de algunos de sus jugadores-, como en el ofensivo, en el que el linense deberá desarrollar mucho más si pretende ganar los partidos. De ahí que la combinación de todos esos factores y alguno más deje en el aire más de una incógnita. Habrá respuestas posibles en el actual momento y con las ideas del nuevo técnico, otras serán de bastante difícil hallazgo, mientras que otras son, simplemente, imposibles de encontrar. Por lo tanto, este Córdoba necesitará acudir inevitablemente al mercado de fichajes invernal. Pero antes, en las tres próximas jornadas, tiene dos compromisos en los que deberá sumar como mínimo una victoria (si no las dos) en los viajes que ha de realizar el Córdoba a Lorca, el próximo sábado, y a Sevilla, para visitar al filial después de recibir a un coco como el Osasuna de Xisco y David Rodríguez.

PREPARACIÓN FÍSICA

DOBLES SESIONES Y SESIONES MÁS LARGAS / De nuevo en esta semana Juan Merino ha planteado una doble sesión (todas son más largas con el linense), algo que generalmente no suele gustar en exceso a los profesionales, sobre todo una vez iniciada la competición. El riesgo de lesión está ahí y en caso de no andar excesivamente fino en el plan, el equipo puede llegar sin capacidad de respuesta física al partido de cada fin de semana. Pero Merino tiene ahí uno de sus problemas. La teoría veraniega señalaba que, en base a un sistema en el que se tiene la posesión, la carga física pasa a estar en un segundo plano. El desgaste es menor, además, porque la presión alta obliga a esfuerzos, pero en cortos espacios. Con el plan fallido y la llegada de Merino, el plan actual es opuesto. El equipo se atrinchera y necesita recorrer, en algunos casos, muchos metros para llegar al área rival. Reacondicionar la preparación física dentro de la competición es un riesgo del que intentan huir todos los profesionales, pero Merino entiende que debe correrlo para que el equipo eleve el tono físico, necesario para ejecutar lo que pretende.

DEFENSA

CORRECTO POR DENTRO, CON DUDAS POR FUERA / Inevitablemente, la mejora del equipo por dentro ha sido el rasgo más destacado del Córdoba de Merino, fruto de ese empeño del linense por el orden generalizado. Los primeros beneficiados, los centrales. Tanto Caro como Joao Afonso han tenido dos encuentros, ante Oviedo y ante el Numancia, sobrios, sin grandes alardes, sí, pero sin los errores -algunos groseros- vistos durante las primeras 10 jornadas. Sin embargo, y a pesar de cierta mejoría, los flancos y en este caso los laterales continuarán siendo un quebradero de cabeza. No hay alternativa seria a ellos y tanto Fernández como Pinillos son laterales de recorrido, para jugar en campo contrario y crear superioridad en banda al rival, algo poco visto en esta campaña porque físicamente no han llegado -ni se les ha puesto- como se les recordaba. Por lo tanto, más allá del físico, Merino tiene que transformar a laterales que se distinguen por sus ayudas en ataque, en defensas que tienen como premisa el cierre de su propia zaga. Aún lleva poco tiempo, pero desde luego será todo un reto para el linense. La única alternativa a esos cuatro hombres de atrás sería Josema, por lo que en esa línea acudir al mercado invernal es, simplemente, una obligación si se quiere salvar la categoría con tranquilidad.

CENTRO DEL CAMPO

MERINO, LOS ‘SOFÁS’ Y LAS ‘LÁMPARAS’ / Discutir la calidad de hombres como Javi Lara o Carlos Caballero rozaría el ridículo. Un debate muy diferente es el encaje de determinados futbolistas en los esquemas de sus entrenadores. El propio Merino lo reconoció el domingo, tras el empate ante el Numancia, en un mensaje que también se podría enmarcar en el problema de la defensa y el mercado invernal. En definitiva, aquello que decía Rafa Benítez de «pedí un sofá y me trajeron una lámpara». El cambio de dibujo y de concepto ha dejado damnificados en una plantilla ya de por sí corta y descompensada, por lo que urge reutilizar a alguno, al menos. La banda izquierda no es desconocida para Javi Lara ni tampoco la media punta para Jaime Romero, opciones para un centro del campo sobrio por dentro como los centrales (Edu Ramos y Aguza), pero con poquito fútbol y nula llegada al área rival. El juego interior brilla por su ausencia en los dos primeros encuentros con Merino al frente y en el fútbol hay que ganar para lograr los objetivos. Un hombre como Markovic, además, aportaría esa llegada al área rival proveniente de muchos metros atrás, cuando no como segundo delantero. Pero para ganar hay que llevar balones al área rival. Tanto por fuera como por dentro.

DELANTERA

RIESGO CON DOS / Utilizar a los dos únicos delanteros que posee el plantel es un riesgo que ha asumido Merino en sus dos compromisos pero que no parece tener mucho más recorrido. Máxime teniendo en cuenta que puede utilizar a hombres como el referido Markovic como enganche e incluso en una versión más ofensiva a Jaime Romero de mediapunta, liberando así un puesto en banda. Además, siempre tendría en el banquillo una opción al delantero nato, sea para suplirle o para reforzar la presencia en ataque en los últimos minutos. Mientras llega enero, Merino tendrá que buscar soluciones a la vanguardia blanquiverde sin correr los riesgos que toma ahora.

ASIGNATURA PENDIENTE

POCO TIEMPO, PERO EL CALENDARIO APRIETA / Esos compromisos como visitante, en Lorca y Sevilla, obligan a este Córdoba de Merino a dar un paso adelante en lo que a juego interior se refiere y a llegadas al área. Es la asignatura pendiente. Y cerrar definitivamente la portería.